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Elizabeth Olsen, la otrora estrella infantil, visita el mundo desquiciado de Thérèse Raquin en “In Secret”, la película que dirige Charlie Stratton.
El ansia por escapar al propio destino, amartillado en los túneles del aburrimiento y el bienestar social, llevó a Thérèse a cometer un crimen execrable: el de su poco entretenido marido. Todo por embarcarse en un deseo desbocado, y quedar abandonada al ritmo de un trote salvaje, a través de infinitas pasiones de biombo y nocturnidades.
Publicada originalmente en 1867 por Émile Zola, Thérèse Raquin tomó voluntariamente la túnica de Madame Bovary y Anna Karenina; tela de sinuosos pliegues, confeccionada con hilos de pecado y ausencia de decoro, siempre en pos de inclinarse ante el altar del amor prohibido.
Desde la aparición en L’Artiste del texto del creador galo hasta 2014, las adaptaciones de esta novela cargada de descrédito moral e instintos bestiales (se podría decir que hasta darwinistas) han sido numerosas y resaltables.
Aunque entre las más sobresalientes luzca con foco de propiedad condenada la pieza escrita por el dramaturgo norteamericano Neal Bell. Versión que está a punto de cambiar la piel teatral por la cinematográfica merced a la película In Secret, de Charlie Stratton.
ELIZABETH OLSEN, TRAS LOS PASOS DE SIMONE SIGNORET
Aires de bohemia nebulosa se atisban desde la tienda por la que ve pasar la vida la joven Thérèse. Esta huérfana de padre francés y madre argelina tiene en su mente la sed de los gozos nunca escanciados, la de las fantasías coloreadas con el pintalabios brumoso del Pont Neuf.
Allí, apresada sin cadenas visibles, la protagonista teje su propia pena con los nombres de Laurent, Camille y la autoritaria Madame Raquin.
Tales ejes (in)humanos son los vértices en los que sustenta este edificio telúrico pergeñado por Zola, el cual dio pie a una excelente muestra de cine hecho con las membranas de la vulnerabilidad edénica, pieza de marquetería visual titulada como el libro: Teresa Raquin. El cineasta francés Marcel Carné fue el responsable de esta obra maestra, en la que Raf Vallone y Simone Signoret enseñaron al público cómo se comporta una pareja criminal, cuando ésta sacrifica todo lo sacrificable con el fin de dar rienda suelta a su desenfreno.
Carné elaboró su largometraje en 1953, unas cinco décadas antes de la grabación de In Secret.
EN EL CUERPO DE TERESA RAQUIN
Como en el original impreso, la historia de In Secret sigue con determinación el camino de la tentación carnal que sufrió Thérèse Raquin.
La acción del filme se sitúa en el París de 1860, cuando una muchacha huérfana de padre y madre contrae matrimonio con su primo Camille. El joven es algo enfermizo y demasiado apático, por lo que la voluptuosa protagonista se cansa rápidamente de su existencia como esposa. Pero la dama sabe que está obligada a pasar sus años mozos atada a ese hombre, por el que no siente la más mínima emoción.
Sin embargo, la cosa gira en redondo cuando Thérèse conoce al aventurero Laurent: un supuesto amigo de Camille, que ve en la heroína el espíritu afín para llevar a cabo sus fechorías en común.
De preciosista y cuidada ambientación, esta obra de Stratton cuenta con la singular y excéntrica Elizabeth Olsen como la TR del nuevo milenio; un sendero pedregoso en el que la estadounidense trabaja acompañada por Oscar Isaac (Laurent), Tom Felton (el conocido Draco Malfoy de la saga de Harry Potter se caracteriza como el monótono Camille) y Jessica Lange (Madame Raquin).
Más información en http://www.imdb.com
