El Rijksmuseum da la bienvenida a la fotografía
El Rijksmuseum de Ámsterdam acoge hasta el próximo 11 de enero “Modern Times“: una exhibición compuesta por más de trescientas imágenes, que ha sido montada como secuela de la legendaria muestra titulada “A New Art. Photography In The 19th Century” (celebrada por la pinacoteca en 1996).
¿Es posible establecer un nexo común, invisible y efectivo, entre el galope de los caballos retratados por Eadweard Muybridge en 1887 y las escenas tomadas en Surinán por Viviane Sassen, en 2013?
La técnica, el cambio de época, la perspectiva… Muchas son las diferencias que separan una propuesta de la otra. Sin embargo, sí hay un inmanente hilo de Ariadna que une los dos extremos temporales de un Arte que ya pasa de la centuria.
Los diálogos de la creación son incomprensibles si no se atiende a las tildes figuradas, a los denominadores comunes carentes de una identificación real y matemática. Ahí es donde hay que buscar, cual arqueólogos de la sensibilidad, el parecido genético entre las imágenes.
No obstante, para lograr el objetivo de hallar el esqueleto de concordancia que hay detrás de las emulsiones fotográficas pasadas, presentes y futuras no existen guías; y menos impresas con los tipos de la intelectualidad de laboratorio.
Solo hay exposiciones que alumbran datos subjetivos. De esta manera es como hay que afrontar “Modern Times“, la vasta exhibición que alberga el ala Philips del Rijksmuseum de Ámsterdam, hasta el próximo 11 de enero de 2015.
EL RIJKSMUSEUM Y LOS OBJETIVOS INDISCRETOS
Las más de trescientas obras que cuelgan en los muros de la ampliación de Cruz y Ortiz son un simple apunte de las más de 20.000 que alimentan los fondos de la institución holandesa. Un reflejo claro y diáfano respecto a la importancia que el museo otorga a los maestros del nitrato de plata.
De hecho, “Modern Times” ha sido concebida por los expertos Mattie Boom y Hans Rooseboom como una secuela de una muestra que la pinacoteca tulipán celebró en 1996, bajo el título de “A New Art. Photography In The 19th Century“.
En esta ocasión, los testimonios visuales del siglo XX (con algunas incursiones en la década crepuscular del XIX y los iniciales balbuceos del XXI) son los que copan el protagonismo del recorrido; dentro del que confluyen el blanco y negro y el color, las motivaciones subliminales y el fotoperiodismo, o las connotaciones fashion y los rasgos depauperados de la humanidad hambrienta y desahuciada.
Con estos ejes argumentales y a lo largo de la muestra, las retinas visten de asombro prematuro su campo festivo; alentadas mediante trabajos verdaderamente sorpresivos de genios del calado de Brasaï, Ed van der Elsken, John Gutmann, Lewis Hine, William Klein, Jacques-Henri Lartigue, Joel Meyerowitz, László Moholy-Nagy, Man Ray o W. Eugene Smith.
Después de clarear el iris con semejante álbum de recuerdos intemporales (sujetos a las telarañas de los negativos poderosos), parece que el viejo e irrelevante alegato en contra del arte de la realidad latente ya ha dejado de existir entre los puristas. La fotografía se ha convertido, por derecho propio y a través de sus obras y del pulso de sus épicos creadores, en una invitada de lujo en los mejores salones de recias paletas y eternos cinceles.
Un comensal digno y valiente, contemporáneo y accesible, al que el Rijksmuseum ha sentado a la misma mesa en la que comen sus frutos oleosos y lumínicos tipos de dorados oropeles como Rembrandt, Rubens y Vermeer.
Más información, entradas y horarios en http://www.rijksmuseum.nl