Barbara Morgan, danza eterna

El Museo del Romanticismo de Madrid dedica una inspirada muestra a la artista estadounidense Barbara Morgan: una sincera e inspirada representante de la fotografía poética y luminosa del período de entreguerras, que consiguió plasmar el movimiento a través de la contorsión corporal de famosos bailarines.

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Barbara Morgan
Barbara Morgan consiguió la admiración de su época, por fotografías como Carta al mundo (patada)/ Foto: Barbara Morgan/ Museo del Romanticismo

Barbara Morgan poseía un ojo especial y único, con el que podía captar las amarguras y alegrías del cuerpo humano, mediante sutiles juegos de grises goyescos e impactantes blancos sombreados. Todo un flirteo complicado y deslumbrante de contrafuertes, en el que quedaba en evidencia la fragilidad de los seres y los objetos que se ponían delante del objetivo de su elocuente cámara.

Resulta sorprendente que, pese al talento desbordante de esta colega de Man Ray y László Moholy-Nagy, las retrospectivas en España sobre su trabajo hayan sido tan escasas a lo largo del tiempo. Una razón por la que es especialmente gratificante acercarse al Museo del Romanticismo, simplemente para contemplar las emotivas secuencias ideadas por esta mujer: una auténtica guerrera de técnica anhelante por captar lo intangible, que concibió el esqueleto disfrazado de sus modelos como trasposiciones de carne y hueso de edificios subyacentes, fachadas sibilantes, y accidentes geográficos atronadores.

La muestra que acude a la Villa y Corte hasta el próximo 26 de septiembre, y cuyo título es Gesto, danza y expresionismo, recoge treinta conocidas obras de la creadora nacida en Búfalo (USA): un hipnótico conjunto de imágenes emulsionadas por el espíritu del pintor Edgar Degas, en el que toman el protagonismo absoluto las piruetas ralentizadas de Martha Graham, Merce Cunningham, Erick Hawkins o José Limón.

Barbara Morgan
Barbara Morgan encontró en la danza el mejor dinamizador de sus obsesiones artísticas/ Foto: Barbara Morgan y Museo del Romanticismo

Es raro que un fotógrafo inspirado posea el ojo demoníaco capaz de captar el instante de la danza y transformarlo en un gesto intemporal. En Barbara Morgan encontré a esa persona. Al mirar estas fotografías hoy, me siento, como me sentí cuando las vi por primera vez, privilegiada por haber formado parte de esta colaboración. Porque para mí, Barbara Morgan, a través de su arte, revela el paisaje interior que es el mundo de un bailarín”, declaró la coreógrafa y bailarina Martha Graham, cuando BM le pidió reproducir sus movimientos en una serie fotográfica. Unas palabras que elevaron el arte de la creadora estadounidense a la categoría de cuadros tomados de la realidad, en los que convivían la pasión y la tragedia; como en un lienzo de tenebrismo penetrante y vahídos existencialistas.

BARBARA MORGAN MONTA SU ESPECTÁCULO

El interior del Museo del Romanticismo se tiñe de oscuridades profundas, mientras los miembros humanos vuelan al compás de la inspiración de Barbara Morgan, como osamentas nervudas, suspendidas por invisibles cuerdas de signo sobrenatural.

Frente a la desnudez minimalista del escenario, las acrobacias quedan determinadas por una imperiosa y oculta energía psicomotriz, a la que la fotógrafa norteamericana aplica soluciones pictóricas y narrativas de distinto signo, ilustradas por contextos misteriosos.

Tales piezas hay que conectarlas con el ansia constante que Morgan mostró por ir más allá de la mera plasmación fotográfica, lo que animó a la artista a explorar diferentes vanguardias procedentes de Europa, y que no gozaban de mucho predicamento en la América del período de entreguerras (años veinte y treinta).

Barbara Morgan
Barbara Morgan fue también autora de importantes libros de arte y de diseño

Movimiento y ritmo. Estos conceptos cobran presencia épica en las piezas de la que fuera esposa del ilustrador, fotógrafo y escritor Willard D. Morgan. Precisamente, la colaboración con su cónyuge, representante de la cámara Leica en la nación de las barras y estrellas, otorgó a Barbara un peculiar aprecio por el arte del cuarto oscuro, y por los milimétricos esfuerzos que requería conseguir los mejores encuadres lumínicos. Y eso que en sus inicios, BM estaba más decidida a enfocar su trayectoria profesional hacia la pintura y el dibujo.

Precursora del fotomontaje, cuando en USA no era uno de los métodos más populares entre los colegas abonados al hiperrealismo, Barbara Morgan supo ver en las técnicas provenientes del Viejo Continente un campo novedoso y estimulante, para encajar su compromiso con la naturaleza intrínseca de los objetos y de las personas. Un propósito que la creadora mantuvo inalterable, hasta su fallecimiento en 1992.

Nota: Barbara Morgan: Gesto, danza y expresionismo forma parte de las exposiciones organizadas por PhotoEspaña 2021.

Más información, entradas y horarios en

https://www.culturaydeporte.gob.es/mromanticismo/actividades/exposiciones/actuales.html

 

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