El exorcista 2.0
La mítica película de terror, dirigida en 1973 por William Friedkin, ha sido rescatada por Blumhouse Productions y Morgan Creek Entertainment para montar una nueva obra cinematográfica, a partir del guion basado en la escalofriante novela de William Peter Blatty. Esta ambiciosa empresa audiovisual, la cual cuenta con un presupuesto de unos 400 millones de dólares, tiene el propósito de seguir los influjos infernales del demonio llamado Pazuzu,, que hizo de las suyas hace cinco décadas, dentro del cuerpo de Linda Blair.
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El exorcista es una de las películas referenciales del cine de posesiones demoniacas, y de la lucha sin cuartel contra los espíritus de influencia diabólica.
La cinta dirigida por William Friedkin en 1973, basada en la homónima novela escrita por William Peter Blatty, causó sensaciones diversas en las salas de exhibición, con las expresiones agresivas de la maquillada Linda Blair, mientras la veterana Mercedes McCambridge soltaba obscenidades a través de la boca inocente de una niña de trece años, sometida a un proceso de severo degradación moral y física. Una producción fílmica que marcó una época, con la inclusión de fotogramas subliminales para provocar el pánico y el uso de la escenografía de una manera bastante revolucionaria en ese momento, centrada en el ingenioso juego de atmósferas y luces. Todo un logro para un género -el del terror sobrenatural- que todavía gozaba de escasos referentes de naturaleza similar (quizá, uno de los mayores influjos que pudo constatar Friedkin fue el de la cautivadora movie La semilla del diablo, de Roman Polanski).
Ya fuera por los pocos segundos que suena el inolvidable y legendario Tubular Bells, de Mike Oldfield, o por las electrizantes interpretaciones de Jason Miller (su padre Damian Karras es impactante) y de Max von Sydow (en la sotana del padre Merrin); el largometraje filmado por el entonces treintañero de William Friedkin subió el listón de manera inalcanzable, dentro del campo de los sustos con connotaciones religiosas. Tanto es así, que ninguna de las partes posteriores (incluida la serie de televisión) ha sido capaz de borrar del ideario colectivo las contorsiones de Linda Blair en versión demoniaca, ni las respiraciones congeladas de Karras y Merrin en la habitación destartalada de la cría poseída.
Cincuenta años después, David Gordon Green (responsable de la última trilogía de La noche de Halloween) es el elegido para regresar a los miedos desatados por Pazuzu y el cineasta de French Connection, con una adaptación libre de la novela de William Peter Blatty, centrada esta vez en un caso diferente de posesión satánica, al padecido por la destrozada Regan MacNeil.
Pese a que en un principio la idea era realizar un reboot, Blumhouse Productions y Morgan Creek Entertainment llegaron a la conclusión de que era complicado superar el largometraje de 1973 con el mismo relato, por lo que decidieron imaginar una secuela. Esto les daba más amplitud de miras artísticas, para orquestar una historia convincente, aunque con el mismo ser invisible que se metió en el cuerpo de Regan.
Tal postura entraba en conflicto con la franquicia de El exorcista, que ya contaba con una segunda parte estrenada en 1977, y dirigida por John Boorman. Pero los resultados de esta continuación fueron tan poco llamativos con respecto a su precedente, que ningún fan de la película de Friedkin se iba a sentir molesto ante semejante fórmula.
De esta manera, El exorcista de 2023 nace con la intención de aportar más datos sobre el misterioso espíritu contra el que lucharon el padre Karras y el padre Merrin. Y lo procurará conseguir con la colaboración de uno de los personajes más icónicos de la cinta setentera, el de Chris MacNeil. La actriz estadounidense Ellen Burstyn -a sus noventa años– repite el mismo rol que en 1973. Todo un punto a favor de este nuevo viaje al clásico del horror, asociado con el puré verde que escupe Blair en cuanto tiene ocasión.
EL EXORCISTA APROVECHÓ DE MANERA IMPECABLE SUS VENTAJAS EN 1973
En su conjunto, El exorcista es una película que no desmerece su fama de film inquietante y perturbador, lo que le ha permitido permanecer en el ideario colectivo a nivel planetario, a través de varias generaciones de espectadores que no paran de asustarse ante su brillante puesta en escena.
Aunque los excesos en los efectos especiales y de maquillaje le hayan pasado una factura algo negativa, la movie de Friedkin no ha perdido ni un ápice de su leyenda, como obra de referencia en el género del terror.
Sin embargo, y pese a su enorme influencia en los amantes de los horrores ancestrales, el público ha cambiado bastante desde los tiempos en que imperaban los pantalones campana y las camisas de cuello amplio, En esta época del tercer milenio, marcada por el uso excesivo de las redes sociales y una falta de atención a los detalles bastante alarmante, los trucos usados por WF se han quedado anticuados, y las trampas troceadas ya no asustan tanto como antes.
Por tal causa, David Gordon Green y los guionistas Peter Sattler y Scott Teems han querido ir a la raíz del miedo, que aún detenta el relato original del desaparecido William Peter Blatty. Un malestar que está relacionado con el misterio que provocan las dimensiones desconocidas, sobre todo cuando estas se encuentran habitadas por espectros con intenciones perversas.
Si se analiza lo ocurrido con otro de los títulos del terror mítico de los setenta, como es La profecía (Richard Donner, 1976), las conclusiones no son muy halagüeñas para Gordon Green y su equipo. El remake de la cinta de Donner sobre el Anticristo, realizada por John Moore en 2006, fue un pálido reflejo de la original, con un guion atropellado y mucho más farragoso que el diseñado por David Seltzer, desde el punto de vista del inquietante suspense sobrenatural que narraba.
Seguro que el responsable de Halloween: el final no desea que esto vuelva a pasar, por lo que se ha esforzado en analizar cómo han cambiado las audiencias desde 1973. En este sentido, probablemente haya tenido más peso en su background creativo de la saga de Insidous, que los aperos analógicos de la propia cinta de El exorcista.
Por el momento, lo poco que ha trascendido de esta ambiciosa producción audiovisual es que la trama estará protagonizada por el preocupado padre de una niña poseída, rol que supuestamente ha caído en las manos de Leslie Odom Jr. (Una noche en Miami). Por su lado, la pequeña con el demonio dentro en esta esperada “secuela” parece tratarse de Lidya Jewett (Pantera negra).
Nota: Esta secuela de El exorcista tiene previsto su estreno para el próximo 13 de octubre de 2023. Según los responsables, la idea inicial es desarrollar una trilogía. Como dato adicional, el actor bosnio Nedim Jahic es quien pone voz al demonio Pazuzu, tomando el testigo de la oscarizada Mercedes McCambridge.
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