Downton Abbey viaja a Francia
La famosa franquicia audiovisual creada por Julian Fellowes estrena su segunda película en formato cinematográfico. "Downton Abbey: una nueva era" sitúa la acción en los locos años veinte, y diversifica la historia entre Inglaterra y la soleada Costa Azul francesa.
Downton Abbey es probablemente el producto audiovisual de nacionalidad británica con más éxito en el mundo. Desde su estreno en 2010, efectuado con boato y expectación en el canal ITV de Reino Unido, esta historia sobre las relaciones entre una familia aristocrática y su cohorte de criados y vecinos ha cautivado a millones de espectadores. Primero, en televisión; y ahora, a través del séptimo arte.
La saga ideada por el imaginativo Julian Fellowes ha aprovechado como pocas el tirón de los relatos construidos en base a las interacciones entre distintas clases sociales, potenciados por seriales de raigambre legendaria como Arriba y abajo y La duquesa de Duke Street. Y la acogida -año tras año en la programación de la ITV– fue de tal calibre en la pequeña pantalla que ha permitido a DA disputar, tras su salto a la pantalla grande, los puestos de honor en la taquilla estadounidense a superproducciones de reconocida pegada internacional, con tracas atronadoras de efectos especiales. Dato que no debería extrañar a nadie, después de que Downton Abbey haya coronado gestas tan complicadas como la de desbancar en Gran Bretaña a la mítica Retorno a Brideshead, como la serie más vista en su capítulo de inicio.
Tras quemar seis temporadas televisivas (contenidas en 52 episodios), una película con el calificativo de acontecimiento fílmico, y colaboraciones puntuales de estrellas del celuloide tan famosas como George Clooney y Shirley MacLaine; Downton Abbey: una nueva era alcanza las carteleras con la seguridad de concitar en torno suyo a sus seguidores más incondicionales; a los que pretende sumar las legiones de amantes de los argumentos escenificados con el glamour pretérito de las clases pudientes, desplegados en los contextos bohemios y alocados de los años veinte.
Simon Curtis (Mi semana con Marilyn) es el director encargado de continuar con lo despuntado en el largometraje precedente, en el que se mostraron las excelentes relaciones entre la familia Crawley y el rey británico Jorge V.
Para añadir emoción a esta esperada secuela, el responsable de La dama de oro se hace cargo del calórico guion elaborado por Julian Fellowes, quien dota de descubrimientos importantes la trama de Downton Abbey: una nueva era.
Bajo las citadas coordenadas destinadas a atraer a los fieles y profanos de DA, una de las incorporaciones más importantes tiene que ver con el escenario principal. Pese a que el impactante Highclere Castle aún goza de notable protagonismo en el metraje, ahora se añade una deslumbrante villa en el sur de Francia; a la que se traslada la elocuente e irónica Violet Crawley, acompañada por parte de sus familiares más directos y de destacados miembros de su servicio doméstico en Yorkshire.
DOWNTON ABBEY SE HA CONVERTIDO EN UNA FRANQUICIA CON SELLO DE IDENTIDAD
La cuidada ambientación y la milimétrica elegancia de las interpretaciones vuelven a ser elementos trascendentales en el desarrollo de Downton Abbey: una nueva era. Estas señas identitarias a nivel artístico se han mantenido inalterables desde el estreno del serial en 2010; los cuales han logrado definir un producto que va más allá de los personajes concretos que aparecen en las tramas de las diferentes entregas y temporadas. El resultado de esta fórmula engrasada hasta en el más mínimo detalle es una infalible obra coral que siempre se valora de manera completa, y en la que cada una de las piezas encajan a la perfección, dentro del mosaico monumental y sociológico concebido por Julian Fellowes.
A lo largo de la evolución argumental de las seis temporadas televisivas de Downton Abbey han desaparecido roles tan importantes como el de Matthew Crawley (Dan Stevens) y el de Lady Sybil Crawley (Jessica Brown Findlay), y las audiencias han seguido dando su apoyo a la continuación de esta saga imperecedera, tocada en la actualidad con la singular tintura de las producciones de incuestionable calidad estilística (necesarias en un universo del celuloide dominado por superhéroes y poderes sobrenaturales).
Simon Curtis potencia con evidente habilidad el lujo que contextualiza las tristezas y alegrías de la nutrida galería de personajes, ahora aumentada con la presencia del efervescente Jack Barber (Hugh Dancy) y la bella y desenfrenada Myrna Dalgleish (Laura Haddock), sin olvidar las colaboraciones de Dominic West y Nathalie Baye.
Tales elementos humanos se encargan de dotar de humor y coherencia a un relato que arranca con la decisión de Violet Crawley (Maggie Smith) de trasladarse a vivir a sus propiedades en el sur de Francia. A su lado, también viajan el conde de Granthan (Hugh Bonneville) y su esposa Cora (Elizabeth McGovern), escoltados por el fiel mayordomo Charles Carson (Jim Carter). Una mudanza relativa, que deja en Downton Abbey a varios de los miembros del clan, con Lady Mary (Michelle Dockery) a la cabeza.
A lo largo de las peripecias en los dos escenarios, la nobiliaria residencia en Yorkshire de los Crawley se convierte en el improvisado set de rodaje de una célebre película, mientras que se planea la boda entre Tom Branson (el afligido viudo de Lady Sybil, al que encarna Allen Leech) y la dulce Lucy Smith (Tuppence Middleton).
Todo ello orquestado mediante una colorida batería de secuencias, regadas con el savoir faire del cine de época made in Great Britain, que aporta glamur y constancia a la épica franquicia imantada por las ocurrencias sociales y dramáticas de Julian Fellowes.
Nota: Downton Abbey: una nueva era llegará a las salas españolas a partir del 29 de abril de 2022.
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