Denzel Washington se reencuentra con Viola Davis
Denzel Washington dirige y protagoniza la adaptación cinematográfica de Fences, la obra de teatro con la que August Wilson triunfó en Broadway.
La estrella de Grita libertad interpreta el mismo papel con el que arrancó ovaciones en el Cort Theatre de Nueva York, al lado de Viola Davis.
La trama de la pieza gira en torno a una desestructurada familia afroamericana de Pittsburgh, durante los años cincuenta.
En abril de 2010, el Cort Theatre de Broadway colgó durante semanas el letrero de entradas agotadas. En su interior, un trozo de Pittsburgh bullía a punto de fricción, a través de los intensos diálogos pensados en 1983 por el dramaturgo estadounidense August Wilson (Pittsburgh, Pennsylvania, 1945- Seattle, Washington, 2005).
Alimentado con las voces de Denzel Washington y Viola Davis, este reestreno orquestado por Kenny Leon asombró al público, por la aguerrida visceralidad de un relato sobre seres humanos traumatizados por las existencias malogradas, y heridos por el sinsabor de las derrotas sentimentales.
Washington dibujó a Troy con las líneas de un hombre con demasiados frentes abiertos, peleado con su rutina diaria y agotado por los futuros inexistentes. Junto a él, Davis compuso a Rose (la esposa de Troy) como una mujer acostumbrada a aguantar el carro de la comprensión absoluta, y martirizada por un esposo que había perdido la ternura para con los suyos.
Tales estrecheces morales y familiares sumen a Fences en el abismo de los dramas asfixiantes, personalizados en un individuo que borra progresivamente su sentido de la empatía; y que es capaz de enterrar los sueños de su propio hijo, para evitar que éste caiga en los mismas trampas que hicieron de él un tipo amargado y disgustado consigo mismo.
DENZEL WASHINGTON, DELANTE Y DETRÁS DE LAS CÁMARAS
Ambientada en la América de la segregación racial de los años cincuenta, Fences comienza con el retrato en rojo y a oscuras de Troy: un antiguo jugador de béisbol que tuvo que dejar su pasión deportiva, tras ingresar en prisión por un asesinato accidental. La entrada en la cárcel acabó con la prometedora carrera de este hombre, quien -una vez cumplida su condena- intenta rehacer su vida junto a una fémina llamada Rose.
Fruto del matrimonio entre ambos nace un chico nominado Cory (Jovan Adepo), muchacho que alberga la ilusión de llegar algún día a ser jugador de profesional béisbol, como en el pasado fue su padre. Sin embargo, lo que el chaval no puede esperar es que su progenitor se erija como el principal obstáculo para cumplir su objetivo en la vida.
Opresiva y sorprendente, Fences construye su curso narrativo en torno a las frustraciones de cada uno de los personajes que habitan el deprimido escenario, entre los que sobresale la participación del hermano de Troy: un exmilitar con problemas psicológicos, bautizado como Gabriel (Mykelti Williamson).
Estos elementos le bastan a Denzel Washington para montar su tercera película en calidad de cineasta, después de la más que notables Atwone Fisher (2002) y The Great Debaters (2007).
Un trabajo que además devuelve al intérprete neoyorquino las sensaciones inolvidables del vivo y el directo, y que le depararon los aplausos del respetable dentro de la sala del Cort Theatre, hace ahora seis años y algunos meses.