Deacon Blue siembran amor
La mítica banda escocesa fundada en los ochenta regresa a los escenarios con "City of Love": un inspirado álbum de sonidos cadenciosos, en el que triunfan las voces de Ricky Ross y Lorraine McIntosh.
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Deacon Blue surgieron en medio de un panorama efervescente de melodías brillantes e inspiraciones líricas explosivas, con las que inundaron las pistas del Reino Unido; y más concretamente, de Escocia.
Al albor de bandas tan determinantes como Simple Minds, la New Wave procedente de la tierra de Sir Walter Scott se tradujo en una serie de formaciones y cantantes, hambrientos por enseñar su potencial sinfónico en el universo de las ondas musicales. Batería de creadores con el pentagrama bajo brazo y las guitarras afiladas, entre los que sobresalieron los componentes de Deacon Blue.
El imaginativo Ricky Ross y la elegancia interpretativa de Lorraine McIntosh llamaron pronto la atención de los expertos, al lado del teclista James Prime y el percursionista Dougie Vipond. Todo ocurrió en 1987, cuando los muchachos de Glasgow dieron a conocer su disco Raintown: una obra de ecos aguerridos, que mezclaba con soltura la poesía verbal con las instrumentaciones aterciopeladas.
Desde entonces, Deacon Blue han continuado con una proyección profesional sólida y pródiga en trabajos destinados a definir su estilo personal, en algunos puntos coincidente con el esquema artístico de los no menos legendarios Prefab Sprout. Un camino que tiene en City of Love (Earmusic) su más reciente estación de paso.
El noveno disco de los escoceses posee la personalidad de un grupo que ha quemado ya algo más de tres décadas de acerado currículo escénico; motivo más que sobrado para que no les importe recurrir al pasado a lo largo de los 11 temas que conjuntan la obra, como hace el vocalista Ricky Ross, en el tema On Love.
El citado corte, con el que se cierran las nuevas composiciones desplegadas en City of Love, resume a la perfección el nexo argumental de este trabajo sorpresivo, pese a su aparente sencillez: una sutil trama que bien podría localizarse en los figurados paisajes de Escocia, donde la invisible percusión de las baladas agita con energía los acordes de las frías mañanas y los agrietados atardeceres.
DEACON BLUE REVIVEN LOS OCHENTA
Uno de los puntos fuertes que vitamina el noveno álbum de estudio de Deacon Blue estriba en su capacidad para hacer viajar al pasado a los que degustan cada uno de sus temas. La acelerada época de los ochenta, con sus peinados lacados y sus hombreras desafiantes, parece reconstruirse en cada nota y coro, como si nada hubiera cambiando a lo largo de más de treinta años. Pero lo hacen con la cadencia somnolienta y reflexiva que caracteriza el ADN creativo de la formación isleña.
Bajo estas coordenadas, la voz de Ricky Ross alcanza los tímpanos sin perder ni un ápice de su profundidad dramática, mientras las guitarras y los teclados se ocupan de diseñar atmósferas envolventes, de tonalidades cargadas con estribillos emulsivos y descorazonadores.
Deacon Blue demuestran en Citiy of Love que siguen siendo los Deacon Blue de This Is a Love Song, y esa es una de las mejores cualidades de este CD, con el que se han situado en el puesto cuatro del UK Albums Chart: un hito que llevaban tiempo sin alcanzar.
Sin duda, las inspiraciones del ahora sexteto de Glasgow visten con fantasía una obra de alegres melodías y emotivos destellos, con la que es posible visualizar el pop/rock new romantic de un período realmente estimulante para la Brit Music, como fue el de los 80’s.
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Vídeo promocional de City of Love, por Deacon Blue
