David Bowie y sus años de juventud

El icónico cantante británico, fallecido hace seis años, regresa a la actualidad musical con "Toy" (ISO/ Parlophone): un deslumbrante álbum póstumo, que Bowie grabó en Nueva York en 2000, para recuperar muchas de las caras B de algunos de sus primeros éxitos en la industria del disco.

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David Bowie
David Bowie pensó “Toy” como un producto destinado a prologar sus últimas obras con material inédito

David Bowie albergaba en su mente una inagotable factoría de ideas geniales, cinceladas por el talentoso punzón de su creatividad, e inspiradas por la irreductible decisión del británico para modificar el rumbo de sus pesquisas profesionales, siempre con una brújula imantada por el variado abanico de tendencias y estilos a través del que desbordó sus exploraciones artísticas.

Después de seis años de su prematuro fallecimiento, ISO y Parlophone (con la colaboración de Warner Music Group) editan Toy: un trabajo que rezuma sinceridad, y atmósferas congeladas en el Londres de cromatismo pastel de Absolute Beginners. Unas luces y reflejos alimentados por letras descriptivas y costumbristas, que David Bowie elevó a tonadas determinantes y meritorias, entre 1964 y 1971.

La historia de Toy es bastante curiosa. Según los acontecimientos narrados por sus allegados y biógrafos, el alter ego real del galáctico Ziggy Stardust deseaba recuperar el nervio de su juventud con el salto de centuria. Eso le permitiría regresar figuradamente a una época situada mucho antes de que el glam y el pop cabaretero y orquestal ampliaran leyenda de estrella vaporosa, y ajena a las modas y a las costumbres de la mercadotecnia, del capitalino con heterocromía.

Con apenas veinte inviernos a sus espaldas, el londinense DB se aferró a su estilo de crooner dramático y sensible. Y ese aura de tipo bohemio y volátil es la que el isleño intentó recuperar en 2000, al lado de Earl Slick (guitarra), Gail Ann Dorsey (bajo), Mike Garson (teclados), Mark Plati (bajo y guitarra) y Sterling Campbell (batería): los miembros de su banda en las giras de los noventa. Unos compañeros de notas, con los que Bowie contactó, para que lo escoltaran en su proyecto bautizado Toy. Aventura que mantuvo al grupo encerrado durante varios meses, en el interior del Sear Sound and Looking Glass Studio de Nueva York.

David Bowie
“Toy” contiene material fotográfico y de coleccionista, destinado a los seguidores de David Bowie

Por los comentarios posteriores de Mark Plati, el autor de China Girl pidió a sus colaboradores que se acogieran a la impulsividad del momento, ya que no deseaba tamizar las composiciones sesenteras con los sonidos provenientes del siglo XXI. El propósito se centraba en concitar un disco más nostálgico que efectista: una obra elaborada para que los fans recibieran el material tal cual fue concebido en los clubes de la ciudad regada por el Támesis, durante los lejanos dos lustros del dominio Beatle.

DAVID BOWIE Y SU INAGOTABLE LEGADO ARTÍSTICO

Los cortes de los que consta el disco principal de Toy (se incluyen también un CD con grabaciones alternativas y otro con interpretaciones unplugged) reflejan la montaña rusa de emociones y sentimientos desconcertantes que expandían las songs diseñadas por David Robert Jones entre 1964 y 1971, y que preludiaban la variante europea de un rock plagado de aristas y peculiaridades. Un sendero que Bowie decoró con multitud de artificios deslumbrantes, para quedarse en una esfera de proyección discursiva cercana a las contradicciones humanas de un mundo cambiante, y abierto a constantes experiencias por descubrir.

Desde los inspiradores versos sueltos de I Dig Everything (tema grabado en 1966, con el que arranca Toy), los surcos del álbum desarrollan un mensaje subliminal de esferas nostálgicas y perdidas, suspendidas espectralmente en una urbe londinense conquistada por tribus de variadas raíces musicales y estilos.

David Bowie
El tema que da título al disco (Toy) fue incluido en el recopilatorio “Nothing Has Changed”, de 2014

La naturaleza de “descarte” que acompaña a los temas de Toy enfatizan la brillantez creativa de Bowie, quien se permitía mantener en el anonimato composiciones tan potentes y contagiosas rítmicamente como Karma Man, You’ve Got a Habbit of Leaving, Let Me Sleep Beside You, o la irónica y repetitiva Hole in the Ground.

Una lista de tracks entonada por la profundidad cavernosa de la voz irrepetible del genio de Heroes, y acompañada por una banda versátil y emulsiva. El resultado de tales ingredientes es un suculento menú de degustación contracultural, en el que sobresalen las aportaciones autobiográficas de The London Boys y las dolorosas lamentaciones contenidas en la balada Shadow Man.

Más información en

https://www.wmg.com/

 

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