Chris Hemsworth y el espionaje cibernético
Chris Hemsworth viaja por Estados Unidos, China, Indonesia y Malasia para destapar una organización secreta, en “Blackhat“. Michael Mann es el poderoso M de tan esforzado héroe con espíritu de hacker.
Después de cinco años de silencio, el responsable de “Enemigos públicos” (crónica del gansterismo interpretada por Johnny Depp, y nutrida en los márgenes de la Ley Seca y los tiroteos encarnizados) regresa al tajo con una historia sobre criminales informáticos y “sombreros negros“.
En el siglo de Facebook y Twitter, los delitos suelen tener el alcance de los códigos binarios, de las contraseñas encriptadas y de los cortafuegos aparentemente invulnerables.
Dentro de la estela cibernética y virtual, poco queda de esos robos a mano armada que hacían las delicias ochenteras de los seguidores de “Corrupción en Miami“, o de las persecuciones sudorosas y a pleno músculo de “Starsky & Hutch“, dos seriales a través de los que el currículo de Michael Mann tomó rumbo hacia la gloria audiovisual.
El cineasta de Chicago siempre ha sido un artista de pulso activo, incluso vehemente; al que le gusta tomar partido en el devenir de sus personajes. Lo mismo da si éstos se encuentran en las lejanas y pretéritas colonias de Nueva Inglaterra (“El último mohicano“) como si de dedican a pegar “balasssseras” por las calles de Los Ángeles (“Heat“); ya que todos los seres que pueblan las obras del autor de “El dilema” tienen en común la fisicidad contagiosa, como si un extraño aroma los distinguiera con un sello de fabricación inconfundible e inalterable.
Un denominador claro que MM ha intentado extender a la galería humana de “Blackhat“, pese a la frialdad que suele conllevar la informática.
CHRIS HEMSWORTH A TIRO DE CHIP
Pese a que el título hace referencia a un tipo concreto de hacker, el largometraje del director estadounidense dista mucho de centrar su desarrollo en un relato obsesionado con la acumulación de datos; sino que más bien huye de las realidades milimétricas y de los laboratorios circuiteros.
En este sentido -y según las noticias reveladas a los periodistas-, la movie de Mann parece guardar un cierto parecido tangencial con una versión actualizada de James Bond y Jason Bourne, tamizada por el background tecnológico propio del tercer milenio.
Un propósito que enfatiza la elección de Chris Hemsworth como el héroe de la historia; papel que en sus directrices existenciales corre parejo a una concepción clásica y efectista de este género de aventureros, caracterizados por sus escamas de perdonavidas contemporáneos.
Este hombre con alergia a los altos mandos encaja con soltura en la trama diseñada por Mann y Morgan Davis Foehl, la cual sigue los pasos de una conspiración que amenaza al planeta Tierra.
Sin posibilidades para contrarrestar los planes de una red de inteligentes y nocivos maleantes, que extiende sus tentáculos entre Estados Unidos y China, los jefes de los servicios secretos recurren a un pirata que pasa sus días en prisión. Un individuo con un cerebro privilegiado para romper las barreras informáticas, llamado Nicholas Hathaway (Hemsworth).
Los Ángeles, Hong Kong, Kuala Lampur… Una gran cantidad de destinos sorprendentes alimentan los decorados de “Blackhat“, localizaciones privilegiadas que contribuyen a reforzar la sensación cosmopolita que envuelve este trabajo, concebido como una montaña rusa de emociones a pie de cámara. Una aventura con tiroteos sanguinolentos, persecuciones a altas velocidades, escenas de adrenalina cortante y mucha fisicidad.
Michael Mann regresa de esta manera a su universo de límites insospechados: el cosmos adictivo que más le apetece transmitir en una sala de exhibición. Caldo retiniano que el director de “El dilema” cocina título a título, regado por la salsa especial de un concitador de fotogramas con licencia para entretener…
Tráiler de “Blackhat“, de Universal Pictures
Más información en http://www.blackhatmovie.com