Children of the Stones
Hace cuarenta y cuatro años, la cadena ITV emitió en Reino Unido la serie juvenil "Children of the Stones": una producción televisiva considerada como "el serial para niños y adolescentes más terrorífico de su época", y que dio pie a creaciones posteriores como "Dentro del laberinto".
Children of the Stones accedió a la parrilla de programación del canal ITV (por medio de Granada International TV) sin mayores pretensiones que las de enganchar frente a la pequeña pantalla a los niños y adolescentes británicos de finales de los setenta, mediante los sugerentes tentáculos de una misteriosa historia sobre un pueblo embrujado, y sobre unos extraños círculos de piedra perdidos en la campiña. Sin embargo, el serial pronto impactó también a las audiencias adultas, debido a su singular manera de transformar una aventura intemporal, en un producto digno de pertenecer a la factoría de Hammer Films Productions.
Los siete capítulos, de media hora cada uno de ellos, de los que constaba Children of the Stones surgieron a raíz del ingenioso argumento ideado por Jeremy Burnham y Trevor Ray, quienes mezclaron ingredientes de los ancestros druidas, con elementos procedentes del goticismo fantasmal de los lugares embrujados, y con la astuta incorporación de aquelarres que preludian maldiciones demoniacas.
Para ello, el director Peter Graham Scott (quien posteriormente orquestó con sorprendente éxito las leyendas contenidas en Dentro del laberinto, y que ya había alcanzado sobrada notoriedad en el medio televisivo, por su trabajo en La línea Onedin) escogió un bucólico y apacible escenario (Avesbury, en Wiltshire, Inglaterra), con el objetivo de perturbar la aparente normalidad de unas localizaciones capaces de esconder las siniestras pesadillas que describen la trama. Una ubicación que cualquiera puede visitar sin problemas, aunque -tras visionar el serial- el turista en cuestión seguro que no podrá evitar pensar qué acecha tras las fachadas de tan idílica población isleña.
En esas extensiones verdosas, Graham Scott compuso un apasionante relato de hechicería y alienación de almas inocentes, en el que sobresalen las interpretaciones de Iain Cuthbertson (actor que realizó una memorable caracterización, como el siniestro Hendrick) y del galés Gareth Thomas (el recordado Roj Blake, de Los siete de Blake, se metió en el cuerpo del astrofísico Adam Brake).
CHILDREN OF THE STONES Y LOS SÍMBOLOS DRUIDAS
Los guiones de los episodios de Children of the Stones toman fuerza a través de la oscura mitología relativa a los “magos” druidas de intenciones perversas, y sus actividades de integración con la naturaleza circundante. Unos asuntos que siempre han fascinado a los investigadores, y que adquieren mayor interés cuando entran en conjunción con los monumentos megalíticos que recorren gran parte de Reino Unido, y de los cuales aún se desconoce con certeza el auténtico propósito de su existencia y del significado de sus peculiares ubicaciones.
Las prácticas tenebrosas y esotéricas de un maquiavélico pastor de espiritualidad dudosa son las que soportan el suspense que despliega esta producción británica de HTV West, emitida originalmente entre el 10 de enero y el 21 de febrero de 1977. Una aventura que tiene su epicentro humano en un adolescente con poderes psíquicos, llamado Matthew (Peter Dermin); el cual llega al pequeño pueblo de Milbury, en compañía de su padre (el ya mencionado Adam Brake/ Gareth Thomas).
Peter Graham Scott vierte el terror de manera equilibrada, y con un admirable pulso a la hora de marcar la evolución in crescendo del argumento; propósito para el que el realizador de muchos de los episodios de Los vengadores se apoya en los abundantes recursos artísticos de los que dispone, como el uso milimétrico y desconcertante de la música, ejecutada por Sidney Sager (un experto en potenciar el miedo subliminal mediante las partituras, y que llamó la atención de PGS por su trabajo en el film Suspense).
Debido a todas sus virtudes dramáticas y casi experimentales, Children of the Stones se ha ganado un lugar privilegiado en los anales de las series de culto. Una producción que ha mantenido su legado muy presente a lo largo de las décadas, a través de creaciones posteriores con similares tesis narrativas. Así lo atestiguan producciones tan laureadas como Chiller y Expediente X.
Nota: En Children of the Stones también se puede contemplar la actuación del icónico Freddie Jones, como el curioso Dal.