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Charlie Hunnam es el actor que más suena para protagonizar el remake de Papillon.
El intérprete inglés de Hijos de la anarquía está en conversaciones para encarnar el personaje al que dio vida el mítico Steve McQueen, en el homónimo filme de Franklin J. Schaffner de 1973.
El danés Michael Noer (R) se perfila como el director destinado a grabar el segundo acercamiento audiovisual a la novela autobiográfica del francés Henri Charrière.
Más de media vida en penales de las antiguas colonias galas.
Eso es lo que experimentó a lo largo de su existencia Henri Charrière, más conocido como Papillon (debido al tatuaje de una mariposa que lucía en su pecho).
De 1932 a 1954, este hombre acusado de asesinato recorrió encadenado las islas de la Guayana Francesa, al compás de los castigos que le acarreaban sus numerosos intentos de fuga. Y con su odisea carcelaria, el arrestado alimentó un libro donde contó -con todo lujo de detalles- sus desgracias en las duras prisiones de ultramar.
Cuando Franklin J. Schaffner estrenó la adaptación cinematográfica de su tremenda vida tras las rejas, Charrière falleció en Madrid, víctima de un cáncer de garganta. Sin embargo, el delicado estado previo a su muerte no le impidió colaborar en el guion del filme, al lado de los geniales Dalton Trumbo, Lorenzo Semple Jr. y William Goldman.
El largo resultante impactó a los espectadores con su relato épico y desangelado, sobre un héroe sombrío y cuestionable: un tipo asociado con la mala suerte, al que puso físico el genuino Steve McQueen. Junto a Dustin Hoffman, el que fuera pareja de Ali MacGrawn firmó una obra de intensidad dramática sorprendente, y de aventuras teñidas por la desgracia.
Esos elementos (también presentes en la novela original) han llamado la atención poderosamente del cineasta Michael Noer, quien se perfila como el ideal para recrear nuevamente en las pantallas la lucha por la supervivencia del individuo irreductible apodado Mariposa, ahora visto a través del libreto ideado por el imaginativo Aaron Guzikowski (Prisioneros).
CHARLIE HUNNAM, TRAS LOS PASOS DE MR. COOL
Aunque la obra de Schaffner sólo fue nominada a un Oscar de la Academia, la cinta se convirtió en uno de los grandes taquillazos de la temporada de 1973-74. Un éxito favorecido poderosamente por la presencia en el elenco artístico de una estrella tan admirada como Steve McQueen: un profesional de la cámara, capaz de levantar cualquier proyecto con la simple inclusión de su nombre en el reparto.
Tal realidad seguro que le habrá generado algo de vértigo a Hunnam, quien reconoce el magnetismo irrepetible que gastaba el intérprete estadounidense de La gran evasión. Algo que no va poner nada fácil el acercamiento del inglés al papel de Henri Charrière.
Pero ese menor potencial mediático puede jugar a favor de Hunnam, ya que es más que probable que desvíe la atención hacia la calidad de la historia, para lo que Guzikowski debe atar muy bien los hilos de la adaptación de la novela de Charrière.
No obstante, el material con el que trabaja el screenwriter es de primera: un texto que toca la fibra sensible desde el inicio al desenlace. A partir de la encarcelación y juicio del protagonista, por el crimen de un proxeneta (según el detenido, en legítima defensa), el endenamiento de situaciones dramáticas (muy en la línea de las narradas en el castillo de If, de El conde de Montecristo) provoca que la historia avance sin pérdidas de interés o puntos muertos en el argumento.
Evolución que en la cinta setentera estaba compartida por el tándem formado por McQeen y Hofffman. Pese a que el personaje de Charrière es el que tiene mayor peso en la trama, el largo de Schaffner también fijaba su mirada en el compañero del héroe: un preso vulnerable y temeroso llamado Louis Dega, al que puso físico el efectivo Dustin Hoffman. Un rol que Noer pretende conservar, en las manos del californiano Rami Malek (Las vidas de Grace).
El Centro Penitenciario de Saint Laurent du Maroni, Las Islas de la Salvación, Santa Marta, Barranquilla, La Isla de Saint Joseph, Isla de Royale, La Isla del Diablo… Las estancias por las que transitó el cuerpo de Henri Charrière no apagaron nunca sus ansias de libertad.
Unas sensaciones con las que Charlie Hunnam intentará resucitar un relato que salta las barreras generacionales, para rozar la universalidad de las necesidades humanas, independientemente de los siglos y de las identificaciones geográficas.
