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Chance the Rapper, el músico de hip-hop nacido en Chicago, triunfa en la gala de los premios Grammy, donde compartió podio con Beyoncé y Adele.
El joven cantante consiguió los galardones al Mejor Artista Novel, a la Mejor Interpretación de Rap y al Mejor Álbum de Rap.
Coloring Book es el título de la obra con la que el rapsoda urbano fue distinguido en el interior del Staples Centre de Los Ángeles, durante la ceremonia del pasado domingo.
David Bowie y George Michael se colaban entre las butacas del admirado auditorio del Staples Centre, mientras Adele coleccionaba gramófonos de metal, ante la dictadura conmemorativa de su potente CD bautizado como 25.
La bicefalia estelar de la diva británica y la diosa de ébano nominada Beyoncé tiñó la noche/madrugada angelina con los pigmentos de los reconocimientos partidos en dos, al tiempo que los recuerdos al portentoso Blackstar, de David Bowie, sentaban las bases para considerar al Duque Blanco como un noble inmortal de las ondas.
Pero, entre los bombazos informativos, se coló también una confirmación que iba pidiendo a gritos la atención de la industria, desde la aparición en 2015 del inteligente e imaginativo Surf.
El responsable de tal proeza de mezclas sonoras responde al nombre de Chance the Rapper: un veinteañero aterrizado desde la barriada de West Chatham (Chicago), sentado en el gallinero californiano, hasta que subió las escaleras del aparatoso escenario para recoger tres Grammys.
Coloring Book es el disco con el que el norteamericano convenció al personal y al jurado, a través de sus poesías llenas de misterio y concordia, que concentran pensamientos de naturaleza activa, tales como “no creas en los reyes, cree en el reino“.
CHANCE THE RAPPER PONE COROS AL RAP
Los que analizan el hip-hop desde las selvas fronterizas de los estereotipos marginales suelen apuntar que el género está dominado por percusiones contundentes, vestidas mediante rimas limadas en el asfalto de la desesperación humana. Y parte de eso es correcto, aunque con matices.
Esas puntualizaciones, destinadas a romper las asunciones globalizadoras de un estilo hondamente rebelde, son los instrumentos en los que se hace fuerte la música de Chancellor Johnathan Bennett.
A través de sus cuidadas melodías sentado frente a un cuidado piano, el hermano del también rapero Taylor Bennett propone una revolución de notas seductoras, más que una orquesta de fragores agresivos. Pentagramas de perfección emotiva, que han hipnotizado a gente tan relevante en el panorama internacional como Kanye West, Lil Wayne o Jeremih.
Cuando Chance the Rapper recogió su recompensa en forma de Grammy, los aficionados ya habían disfrutado de sus virtudes en un escenario, las cuales llegaron incluso a la Casa Blanca, bajo la estricta invitación del pasado presidente Barack Obama.
Amante de las exploraciones sin red y de las aventuras profesionales ausentes de corazas, el nuevo ídolo del rap lidera un discurso diferente, dentro de los ásperos ripios de las líricas callejeras.
Un aire renovado, que da mayor espacio a la elocuencia de la inmediatez.
Nota: Chance the Rapper se encuentra durante estos meses de gira por USA, envuelto en el tour de Coloring Book.
Vídeo oficial de Angels, por Chance the Rapper y Saba
