0
0
Veinticuatro años revolcándose por los escenarios más mugrientos y peligrosos del planeta, y –según las malas lenguas- aún luce la misma camiseta sin mangas que estrenó en 1988. Nadie sabe qué detergente es el que utiliza el agente de la ley abanderado internacionalmente por directores como John McTiernan; pero lo cierto es que, cuando lo popularice, el resto de marcas del sector podrá echar el cierre sin posibilidad de reapertura empresarial. Más de dos décadas en el candelero (en el candelabro, como diría cierta miss de larga melena) hacen del duro John McClane un tipo tan familiar que hay hasta quien le reserva en su cocina una banqueta y un plato de cocido madrileño, de albóndigas en remojo o de canelones en su salsa.
Aunque, si a recetas se refiere, en 2013 mejor que los seguidores de este activo señor le inviten a degustar una sopa solianka o a una ternera strogonoff; ya que el perdonavidas norteamericano viaja a Rusia en su nueva misión (y van cinco) inscrita cinematográficamente con el título original de A Good Day To Die Hard.
Después de barajar numerosos nombres de posibles realizadores, el irlandés John Moore (Dundalk, 1970) es quien se ha llevado el honor de firmar la última entrega de esta franquicia millonaria, cuyo eje secuencial lo inauguró el especialista en thrillers John McTiernan con La jungla de cristal, en 1988. Al fin, el responsable de cintas rebosantes de adrenalina como Max Payne, El vuelo del Fénix y Tras las líneas enemigas se ha colgado el cartel de profesional contratado para dotar de frescura y energía al tipo que normalmente pierde a algún miembro de su familia, y que reparte cera explosiva a los terroristas con la misma facilidad con la que los seres de carne y hueso untan la mantequilla en la tostada mañanera.
Por lo demás, el incombustible Bruce Willis (pese a que los detractores fundamentados en la edad se empeñan en darle por perdido dentro del género de las peleas con pistolas y puñetazos, el nacido en Alemania tiene en la cartera filmes tan expeditivos como Los mercenarios 2, Fire With Fire, G. I. Joe: La venganza y Red 2) continúa prestando su gesto irónico al pétreo John. Él es el mayor reclamo de la saga, y una Jungla sin su presencia sería como un jardín sin flores de cara a la taquilla.
Un caramelo millonario en su cuenta corriente ha sido suficiente enganche para que el ex de Demi Moore haya accedido a enfundarse una vez más el traje de su rol más conocido, desde su participación en la serie Luz de luna, como el hilarante David Addison Jr. No obstante, Willis es una estrella metódica, y le gusta comprobar que el guion esté a la altura de las expectativas; elemento esencial para el quinto capítulo de un serial que goza de muchas esperanzas desde el punto de vista crematístico. A tal efecto, los productores encargaron el screenplay de la película al experto en obras de acción Skip Woods (autor de los libretos de El equipo A, X-Men orígenes: Lobezno, Hitman y Operación Swordfish). Con este background, el narrador comprendió a la primera los deseos de sus poderosos jefes, y con sus reglas de oro pergeñó una historia que pone al antiguo luchador del edificio Nakatomi en medio de Rusia, con el fin de rescatar de una cárcel a su musculoso vástago: Jack McClane.
Al compás del mencionado argumento, parece ser que el alter ego ficticio de Willis durante estos cinco frescos sigue teniendo serios problemas de comunicación con los miembros de su clan. En 1988, los conflictos venían por el secuestro de su esposa; y, en el cuarto largo, la retenida era su respondona hija llamada Lucy Gennaro McClane. Por eso, a los espectadores no les parecerá raro que, en esta aventura, los líos vengan provocados por la relación inexistente entre papá John y su querubín Jack (el cual, a la postre, se dedica más o menos al trabajo que desempeñaba su daddy).
Ya en el apartado de los colegas del héroe con 57 primaveras, el australiano Jai Courtney (conocido por su colaboración en la serie Spartacus, donde encarnaba al gladiador Varro) es el intérprete encargado de meterse en la piel de Jack McClane; mientras que el casting también se nutre con las apariciones, entre otros, de Cole Hauser (que ya compartió plató con Willis en Lágrimas del sol) y del germano Sebastian Koch (La vida de los otros).
Moore, Bruce y el resto de la troupe todavía se hallan en territorios del este de Europa (por latitudes cercanas a Belgrado) para finiquitar el rodaje de A Good Day To Die Hard: epopeya con cámaras al hombro que –si se mantienen las fechas de estreno- asaltará las carteleras del planeta Tierra el próximo 14 de febrero de 2013.
