Amy Adams no desprende glamur, parapetada tras los cristales de la amplia residencia neoyorquina donde rueda la adaptación al cine de la exitosa novela La mujer en la ventana, obra del escritor A. J. Finn.
La actriz de La llegada ha prescindido del maquillaje y de los ropajes elegantes, para meterse en la piel de una señora aquejada de un severo acceso de agorafobia, que le impide aventurarse al exterior del inmueble en el que quema las horas sentada frente al televisor; al tiempo que mezcla las pastillas de su tratamiento médico, con la ingesta de caras botellas de vino.
Tal es el personaje que Adams interpreta en la esperada película La mujer en la ventana: un thriller con aires a lo Alfred Hitchcock, en el que el ingles Joe Wright (Orgullo y prejuicio) ejerce como director; y donde Julianne Moore (Lejos del cielo) y el oscarizado Gary Oldman (La letra escarlata) acompañan a la estrella nacida en la región italiana de Vicenza.
Una trama vertiginosa, donde los espacios interiores marcan la evolución dramática, permite a AA desarrollar un trabajo supeditado a sus dotes artísticas, destinadas a mostrar los diferentes compases sensitivos de un papel determinado por sus propias limitaciones; y que puede recordar en muchos aspectos al caracterizado por Sigourney Weaver, en Copycat.
AMY ADAMS SE ENFRENTA A UN CRIMINAL
Cuando La mujer en la ventana apareció en las librerías, algunos aficionados notaron rápidamente las similitudes existentes con el planteamiento de La ventana indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954), donde James Stewart da vida a un fotógrafo enclaustrado en su apartamento por culpa de una aparatosa escayola, el cual es testigo de un asesinato en la casa de enfrente.
A tenor de las líneas argumentales seguidas por The Woman in the Window, el hecho de que el personaje principal también esté impedido para huir al exterior de su habitáculo, y que vea por accidente un rocambolesco crimen, hace que las comparaciones sean más que plausibles con la película de Hitchcock; aunque igualmente se pueden establecer puntos de conexión con Sola en la oscuridad (Terence Young, 1967): filme en el que Audrey Hepburn exhibía su desprotección provocada por la ceguera, la cual es el obstáculo insalvable para escapar de su vivienda, cuando unos sanguinarios ladrones de joyas asaltan su apartamento.
Con independencia de los parecidos razonables, reconocidos o no por parte de Finn y del cineasta Joe Wright, el guion diseñado por Tracy Letts (Agosto) centra su atención en la existencia un tanto perdida de Anna Fox: una psicóloga infantil que sufre una profunda agorafobia causada por un fatídico accidente de coche, en el que estuvieron a punto de morir su hija y su esposo.
La frustración de no poder superar sus traumas hace que la doctora pase las horas mezclando analgésicos y alcohol; asunto que no favorece a su credibilidad, cuando comunica a la policía que cree que su nuevo vecino ha apuñalado a su esposa.
Un apunte adicional, La mujer en la ventana de Joe Wright no tiene nada que ver con La mujer del cuadro (titulada originalmente The Woman in the Window): la obra maestra de Fritz Lang, protagonizada por Edward G. Robinson y Joan Bennett en 1944.
Nota.- La mujer en la ventana tiene previsto su estreno para el próximo mes de octubre de 2019.