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Alien es sin duda el monstruo extraterrestre más rentable de la historia del Séptimo Arte. Desde 1979, este bichejo con aspecto a mantis religiosa ha protagonizado hasta tres seriales cinematográficos distintos. Ridley Scott trabaja en estos momentos en la secuela de Prometheus, titulada Alien: Covenant. Pero el galaxy killer con la testa ideada por Carlo Rambaldi aumentará su presencia en las salas con el futuro estreno de la aún emergente Alien 5, donde Sigourney Weaver está dispuesta a enfundarse el traje espacial de la inolvidable Ellen Ripley.
Pocos fiascos anteriores desencantaron a los seguidores de las películas de Alien, como lo hizo la oscura y poco estumulante Prometheus. El director Ridley Scott intentó abordar en esta cinta de 2012 el universo del enemigo de la nave Nostromo con demasiados frentes temáticos abiertos; y el resultado fue una papilla filosófica de ritmo mortecino, donde lo único salvable eran unas cuantas imágenes orquestadas con imaginación por un equipo de efectos espaciales fogueado suficientemente en espectáculos de semejante factura.
Tales impresiones hicieron que el responsable de Blade Runner (cuya segunda entrega está pendiente de las sensaciones que el cineasta británico obtenga con Covenant) cortara cabezas entre los máximos responsables del desaguisado. Y entre los finiquitados estuvieron los guionistas originales de Prometheus: Jon Spaihts y Damon Lindelof.
Así, con un elenco de escritores de visión purificada -encabezado por Michael Green (responsable de la serie Smallville), John Logan (Spectre) y Jack Paglen (Trascendence)-, el autor de la poco inspirada Exodus empezó a montar Alien: Covenant, en escenarios de Australia y Nueva Zelanda.
ALIEN REMOZA SU EPOPEYA
Ubicada un tiempo después de los hechos narrados en Prometheus, el argumento de este segundo episodio comienza con la llegada de la nave Covenant a un planeta con condiciones parecidas a las de la Tierra. La alegría por el descubrimiento se extiende rápidamente entre los tripulantes, pero esos momentos de algarabía se reducen al toparse con el sintético David (Michael Fassbender): el único superviviente de la expedición Prometheus, el cual guarda un terrible secreto oculto entre sus circuitos.
La inquietante música de Harry Gregson-Williams (compositor de la B.S.O. de Marte) sirve de guía sinfónica a Scott para adentrarse en los dominios de la bestia con ácido por saliva. Un hogar de oscuridades asfixiantes y pasadizos casi mitológicos, que el creador de Los duelistas conoce desde el lejano 1979, y que goza de un efecto boomerang en la filmografía del inglés.
Después de expandirse en sus teorías científicas sobre el funcionamiento de los planetas con Marte, RS parece más calmado para afrontar Covenant con un espíritu abiertamente comercial, y desprender la trama de todo ese peso trascendentalista de adánicas semejanzas que había convertido a Prometheus en un largometraje pretencioso y vacío.
Un cambio de tercio activo en el que el isleño ha embarcado a la totalidad de los actores y técnicos que participan en esta secuela.
En cuanto al cuadro dramático, el súbdito de Isabel II solo ha conservado a Michael Fassbender respecto a la movie precedente. Dado a las caracterizaciones eficaces y camaleónicas, el protagonista de Macbeth vuelve a toparse con el ambiguo androide David: un híbrido con partes del maquiavélico Ash y del comprensivo y complaciente Bishop, al que le pirra el cine clásico. Puntal cibernético al que se suma la presencia de Katherine Waterston (la hija de Sam Waterston afronta la difícil misión de sustituir como fémina de referencia en las aventuras alien a Sigourney Weaver y a Noomi Rapace), Billy Cudrup y Danny McBride, entre otros.
Pero Scott no limita su relación con Alien a una simple película, sino que también está en el equipo de producción del proyecto de Alien 5, cuyo plan de rodaje está a punto de comenzar con el sudafricano Neil Blomkamp (Distrito 9) al frente. Un trabajo que ha captado la atención mediática debido a la anunciada reaparición de Ripley, una vez más con el físico espigado de Sigourney Weaver (espectacular de aspecto, pese a acreditar cerca de setenta años).
Aunque los rumores también insinúan que Michael Biehn puede regresar en la piel de Dwayne Hicks, el asunto se presenta complicado a este respecto; ya que el personaje falleció en el intervalo entre Aliens y Alien 3. No obstante, la ciencia ficción es capaz de resucitar incluso a Lenin.
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