Los maestros vivos de la Nouvelle Vague continúan en envidiable forma. Si dentro de poco, Jean-Luc Godard va a estrenar su obra Film Socialisme, el -igualmente francés- responsable de Hirsoshima Mon Amour también está en plena faena, con su claqueta y su silla de rodaje inminente. Y eso a pesar de contar con ochenta y ocho primaveras. Alain Resnais (Vannes, Morbihan, Bretaña, Francia, 1922) traspira sabiduría audiovisual por todos los poros de su ser. Más de cuatro décadas entonando lo de “acción” y “corten” dan tablas más que suficientes; a la par de otorgar un caché al alcance solamente de algunos privilegiados, como él. Prolífico desde sus comienzos, y siempre incisivo en su necesidad de experimentación, este ilustre compatriota de Albert Camus tiene estos meses -en la mente y en el papel- un proyecto en formato de celuloide, que supuestamente estrenará en 2012. El título del mismo es, de momento y hasta nueva orden, Vous n’avez encore rien vu (Todavía no habéis visto nada); y reproduce la adaptación del texto Eurídice, obra del famoso dramaturgo Jean Anouilh.
La relación amorosa entre Orfeo y su musa adquiere en las palabras del colega profesional de Racine tintes de tragedia contemporánea. La trama se desarrolla entre una estación de tren, perdida en los intestinos del país de la bandera tricolor, y un hotelito marsellés; y está protagonizada por un joven músico y una señorita a la que conoce difuminada por los humos ferroviarios. Un colaborador habitual de Resnais, Laurent Herbiet, se está encargando de la adaptación al lenguaje cinematográfico de la mencionada pieza teatral; dotando a las escenas de la necesaria fuerza para que los espectadores queden satisfechos ante la pantalla de proyección. En cuanto al posible reparto, los nombres que empiezan a sonar son los de Mathieu Amalric, Lambert Wilson, Anne Consigny y Sabine Azéma.
Han pasado muchos años desde que Alain Resnais deslumbrara a la crítica internacional con su romántico y espectacular largometraje Hiroshima Mon Amour (1959). Sin embargo, el poder hipnótico de ese filme en blanco y negro, con la unión casi mortuoria de Emmanuelle Riva y Eiji Okada, sigue estando muy vivo en la memoria retiniana de los múltiples admiradores del buen cine. Algo parecido se puede decir sobre otras producciones del creador, como la contundente El año pasado en Marienbad (1961) y la casi perfecta metáfora sobre la soledad y la vejez reflejada en Providence (1977). Y, aunque el venerable director haya podido perder algo de vitriolo malévolo y esclarecedor en el objetivo de su lente, la agradable sorpresa que supone cada una de sus propuestas cinematográficas no suele dejar indiferente a casi nadie. Para muestra, un botón: con setenta y cinco años a cuestas, se atrevió a desafiar las leyes de la lógica curricular inventándose un musical de factura impecable, titulado On Connaît La Chanson (1997).
En caso de finalizarse el rodaje de Vous n’avez encore rien vu, Resnais sumará su talento al de otro genio -en este caso de las letras y la escena sobre tablas- como fue Jean Anouilh (Francia, 1910- 1987). Premio Nacional de la Academia Francesa en la categoría de teatro en 1980, este escritor natural de Burdeos se caracterizó por la calidad de sus textos, representados a lo ancho y largo del país de Honoré de Balzac. Entre sus narraciones dialogadas más populares se encuentran una versión increíble de Antígona de Sófocles, El viajero sin equipaje, La invitación al castillo o Querido Antoine. Aunque, los más cinéfilos asociarán su nombre con el del responsable del libreto original de Becket: la cinta protagonizada por Richard Burton y Peter O’Toole, que filmó en 1964 el competente Peter Glenville.