Tom Barber-Duffy, after O’Toole
El aún poco conocido actor del sur de Inglaterra es el encargado de encarnar al mítico Lawrence de Arabia, en el film "Lawrence: After Arabia".
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Tom Barber-Duffy aún no posee un nombre con la suficiente resonancia mediática y popularidad, como para levantar legiones de fans ante sus apuestas profesionales. Sin embargo, este joven intérprete nacido en Reino Unido sí puede congratularse de haber sido escogido -por encima de otros candidatos- para meterse en la piel del legendario Thomas Edward Lawrence: el personaje que otorgó a Peter O’Toole fama a nivel planetario, tras el estreno de Lawrence de Arabia (David Lean, 1962).
A diferencia de la inmortal actuación de O’Toole, la caracterización de Barber-Duffy no se ocupa en su totalidad de reflejar la etapa más heroica y aventurera del militar galés de principios del siglo XX; ya que su trabajo adquiere toda su notoriedad en los años posteriores a la apasionante participación de Lawrence en la revuelta árabe contra el dominio otomano. Un esfuerzo dramático, que el artista isleño muestra en el film Lawrence: After Arabia, a las órdenes del cineasta y guionista Mark T. J. Griffin.
Basada en una obra teatral del propio Griffin, la movie narra los veinte últimos años de vida del célebre autor de Los siete pilares de la sabiduría. Dos décadas en las que se hizo patente su oposición a los planes del gobierno de su país con respecto a los pueblos nómadas del desierto, que el ayudó a liberar; y en los que los paisajes de Dorset marcaron sus intensos accesos, por potenciar su voz para mediar en el conflicto de las tierras de Oriente Medio.
Desde su cottage costero y campestre, llamado Cloud’s Hill, el rol al que da vida Tom Barber-Duffy es el de un oficial y soldado con múltiples problemas de salud; el cual estaba aquejado de un serio desorden de estrés postraumático, provocado por sus acciones de guerra. Un hombre al que el escritor André Malraux llegó a calificar como un individuo alejado de la concepción de héroe perfecto, alguien que nunca pretendió ser modelo para nadie.
TOM BABER-DUFFY AFRONTA EL PAPEL MÁS IMPORTANTE DE SU AÚN ESCASA CARRERA ANTE LAS CÁMARAS
Cuando Peter O’Toole inmortalizó a T. E. Lawrence en la pantalla grande, el actor londinense contaba treinta años. Por su parte, Ralph Fiennes acreditaba el mismo guarismo, en el momento en que se metió en la piel del mencionado aventurero británico, dentro el telefilm Lawrence de Arabia: Un hombre peligroso (Christopher Menaul, 1992). Una edad que Barber-Duffy comparte más o menos con sus antecesores, aunque el físico de este sea notablemente diferente al de las estrellas de El león en invierno y El paciente inglés.
TBD se introduce en el traje de Thomas Edward Lawrence sin los oropeles de grandiosidad asociada con sus esplendorosos días bajo el sol arábigo, pero esto no resta interés a su existencia. Sobre todo porque Lawrence: After Arabia anticipa una intrincada red de espionaje en la sombra, capaz incluso de generar la muerte del protagonista, ocurrida el 19 de mayo de 1935.
La ópera prima como director de Mark J. T. Griffin goza de las inspiradas localizaciones de Dorset, y del cottage cercano a Bovington, donde Lawrence de Arabia pasó los últimos lustros de su vida. Allí concibió el cuerpo analítico de su libro autobiográfico Los siete pilares de la sabiduría, y desde esa idílica ubicación desplegó sus conversaciones y diatribas, sobre la manera en que el gobierno británico debería afrontar la nueva situación surgida de la revolución de los pueblos del desierto.
Al final, la sospecha de si el accidente de motocicleta en el Lawrence falleció fue casual o provocado planea por el argumento de la película, como una espada de Damocles conspiranoica; y ofrece una nueva perspectiva sobre la figura de este hombre tan extraño, controvertido, huidizo y atrayente…
