Taissa Farmiga exorciza a “la monja”
La hermana de Vera Farmiga continúa la senda iniciada por su pariente, al frente de este spin-off de la saga de "Expediente Warren" titulado "La monja".
Taissa Farmiga no es nueva en el terreno pedregoso de los terrores góticos.
La hermana pequeña de Vera se dio a conocer al gran público con su papel de controvertida adolescente, en la serie televisiva American Horror Story; donde tuvo que compartir set con un montón de fantasmas surgidos de los infiernos psicopáticos y lujuriosos más enrarecidos.
Tal aprendizaje le ha servido a la aún veinteañera para liderar con soltura el reparto de La monja: el esperado spin-off de la saga de Expediente Warren, que ansía alcanzar una popularidad semejante a la conseguida por la muñeca Annabelle (el primer spin-off de la raíz de franquicias cinematográficas creadas por Chad y Carey W. Hayes).
Pero los responsables del filme (básicamente se puede identificar al activo James Wan, como el motor de la historia) no han confiado únicamente en su olfato e intuición para presagiar el triunfo taquillero de la obra; ya que, antes de lanzarse a diseñar una producción propia, testaron previamente el caché en pantalla de la monja de las pupilas amenazantes y el cutis apergaminado, en la segunda parte de Expediente Warren y en Annabelle: Creation.
La monja pasó el examen con nota, por su insólito don para desencadenar la hilaridad gritona entre el personal; a lo que el guionista Gary Dauberman añadió un convento perdido en la Europa de los Balcanes (Rumanía) a principios de los años cincuenta, un par de detectives con naturaleza de exorcistas acreditados por el Vaticano, mucha oscuridad reinante, y maquillajes que se llevarían todas las piñatas en una fiesta de Halloween.
TAISSA FARMIGA Y LAS DUDAS EXISTENCIALES
Los elementos que confluyen en el argumento de La monja no dejan por alto un tema necesario en esta clase de movies: las contradicciones en la Fe, que suelen asaltar el interior de los protagonistas destinados a luchar contra los heraldos del Maligno.
Esta vulnerabilidad provoca que haya resquicios por los que los espíritus del Infierno puedan introducir sus tentaciones sanguinarias; y, en el caso de los papeles que encarnan Taissa Farmiga y el mexicano Demián Bichir (Los odiosos ocho), esas grietas en el alma se presentan de distintas maneras a lo largo de la trama.
En concreto, el rol de Farmiga (la novicia Irene) guarda un sinfín de resbalones en cuanto a sus creencias; lo que la convierte en víctima propicia de la monja, a la que debe dar caza en el tétrico convento rumano donde se redime la lucha.
En la mencionada batalla, la parte espectral corre a cargo de la esbelta Bonnie Aarons (El luchador): una camaleónica actriz que aparece escondida tras el singular aspecto de “la monja”, y que ya ha vestido sus hábitos en las dos colaboraciones precedentes del icónico personaje.
New Line Cinema, The Safran Company y Atomic Monster Prod. no han reparado en gastos e imaginación para hacer de la cinta un digno producto del sello que porta Expediente Warren; sin embargo, como sucedió con Annabelle, la elección de espíritus tan poco verosímiles en la realidad -como una muñeca poseída y una monja fantasmal- hace que estos spin-off se vean con menos sensación de desasosiego, que los investigados por los singulares Ed y Lorraine Warren.
Nota.- La monja tiene previsto su estreno en España para el próximo 7 de septiembre de 2018.
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Teaser de La monja, por Warner Bros. Pictures