Hay renglones que toman la torcida senda de las existencias mestizas, subidos a carros suicidas y contrarios a la suavidad literaria de terciopelos engañosos. En esos
Hay renglones que toman la torcida senda de las existencias mestizas, subidos a carros suicidas y contrarios a la suavidad literaria de terciopelos engañosos. En esos