Rowan Atkinson pierde la comicidad con Maigret
Rowan Atkinson toma el testigo del también británico Michael Gambon, para meterse dentro de la gabardina y calarse el sombrero del detective francés Jules Maigret.
El popular Mr. Bean regresa a la pequeña pantalla tras varios lustros de ausencia, con un papel en el que ha tenido que amordazar su vis cómica.
Después de la buena acogida de los tres primeros episodios (cada uno de ellos con una duración similar a la de un telefilme), el canal ITV está rodando una nueva entrega.
Los asesinos en el París de la posguerra tenían en el investigador Jules Maigret a uno de sus peores enemigos.
Sobrio como un perchero, perspicaz como un híbrido entre Colombo y Sherlock Holmes, flemático como solo puede serlo un compatriota de Miterrand y amante de la lógica para explicar el comportamiento humano; el protagonista de las novelas del belga Georges Simenon ha seducido a miles de espectadores y lectores, desde su aparición en 1931.
Quizá, entre los actores más recordados que se han probado el esqueleto del eterno policía, sea la caracterización del inigualable Jean Gabin la que más se acerca a la imagen impresa por el ingenioso GS. Aunque, en los últimos tiempos, Michael Gambon disputó al citado actor francés el cetro del mejor Maigret de la historia.
Rowan Atkinson llega a las costuras del icónico agente con credenciales extrañas y bastante diferentes de las de sus predecesores. Tras triunfar en las comedias de humor mimético y extravagante, el sexagenario isleño escogió voluntariamente cambiar de tercio, y enfrentarse a la normalidad absoluta que reportaba Monsieur Jules Maigret; siempre teñida con unos pigmentos de temperamento grisáceo.
Sin embargo, y pese a su filmografía, en el físico de Atkinson hay algo de Jacques Tati; lo que le posibilita para amoldar su naturaleza graciosa a múltiples registros.
Cualidad que el alter ego del espía Johnny English ha potenciado al máximo, hasta alcanzar los registros requeridos para hacer verosímil la aparatosa seriedad de Maigret.
ROWAN ATKINSON GUARDA LAS FORMAS
Las calles de Budapest han servido al equipo de esta producción del canal ITV para asentar el París de 1955, donde transcurre la trama de los episodios.
Maigret Sets a Trap (sobre un asesino en serie), Maigret’s Dead Man y Maigret at the Corssroads son los títulos de las tres entregas emitidas hasta la fecha (la última de ellas fue vista en abril, en los televisores de los súbditos de Isabel II).
Un curso existencial que la citada cadena planea prolongar con Maigret in Montmartre: aventura de persecuciones por los bajos fondos del barrio bohemio de la urbe del Sena, en la que se esconde un terrible secreto de odio homicida. Libreto que corre a cargo del director Thaddeus O’Sullivan.
Ideada por el guionista Stewart Harcourt, esta nueva versión del inspector Maigret ha intentado presentar una imagen algo diferente del cosmos creado por Georges Simenon. Para empezar, los misterios elegidos contienen en su interior una exposición a la violencia asesina mucho más activa que la de anteriores escenificaciones.
No obstante, la investigación llevada a cabo por Maigret sigue el discurso habitual esgrimido tanto por Gabin como por Gambon. Aunque en el caso de Atkinson hay un valor añadido, que no hay que pasar por alto: el de descubrir cualquier salida de tono envuelta en tanta pose de sobriedad autoimpuesta.
Pistas que no se le escapan al resto del elenco, compuesto por Lucy Cohu (Madame Maigret), Shaun Dingwall (Inspector Janvier), Leo Staar (Inspector LaPointe), Aidan McArdle (Juez Corneliau), Mark Heap (Doctor Moers) y Kevin McNally (Inspector Grandjean); los cuales acompañan a Atkinson en sus peligrosos asuntos policiales.
Tráiler oficial de Maigret, por ITV y BBC First Australia