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Richard Linklater (el conocido cineasta de Boyhood y Antes del amanecer) se monta en un coche con una cámara entre las manos, para narrar la epopeya de tres veteranos del ejército estadounidense, en Last Flag Fying.
La película, cuyo guion está basado en la homónima novela de Darryl Ponicsan, es una secuela de El último deber (filme elaborado por Hal Ashby, en 1973).
La trama gira en torno a tres individuos en la Norteamérica posterior a los atentados del 11 de septiembre de 2001, los cuales esperan poder enterrar al hijo de uno de ellos, caído en la ofensiva desplegada en Irak.
De Norfolk (en Virginia) a Porstmouth (en New Hampshire), tal es la hoja de ruta en la que se embarcan los protagonistas de Last Flag Flying. Un trío de peculiares tipos, que ya asaltaron las pantallas en 1973 de la mano de Hal Ashby, en la hilarante cinta titulada El último deber.
En esa ocasión, Jack Nicholson, Randy Quaid y Otis Young interpretaron a los míticos Buddusky, Meadows y Mulhall, respectivamente. Y con su trabajo dieron alas a una obra que obtuvo tres nominaciones a los Oscar de 1974, con su mensaje de pacifismo militante y rebeldía necesaria hacia algunas de las medidas tomadas por los poderes fácticos de la nación de las barras y estrellas.
Para el recuerdo queda la imagen de Nicholson en el cartel del largometraje: vestido de marinero de la Armada, cual Popeye sin camisa y gesto casi tan chulesco como el de cualquiera de los chulapos de La verbena de La Paloma.
El tiempo transcurrido desde entonces ha convertido a los protagonistas de hace cuarenta y cuatro años en unos hombres de más de mediana edad: veteranos de muchas peleas olvidadas, pero consecuentes con su actitud de guerra constante contra el sistema de las desconexiones afectivas.
Justo como el escritor Darryl Ponicsan dejó impreso en las páginas de su homónima novela, continuación en clave crepuscular de la exitosa The Last Detail (El último deber).
RICHARD LINKLATER Y EL FESTIVAL DE NUEVA YORK
Aunque el estreno de Last Flag Flying está previsto para el próximo mes de noviembre, la cinta ha sido seleccionada para inaugurar el Festival de Nueva York: acto programado para el 28 de septiembre.
En la citada fecha, la alfombra roja y los flashazos mediáticos acompañarán a Richard Linklater y al resto del equipo artístico, para defender una movie con espíritu de Don Quijote motorizado; y en la que los ingenuos aventureros se encuentran totalmente vulnerables, ante las decisiones de los grandes gurús del ejército más poderoso del planeta (por lo menos, en cuanto a armamento se refiere).
La acción comienza cuando el singular Doc (papel que en 1973 encarnó Randy Quaid, y que ahora efectúa Steve Carell) pide ayuda a sus colegas Sal (Bryan Cranston toma el testigo de Jack Nicholson) y Mueller (Laurence Fishburne recupera el rol donde lo abandonó Otis Young), para que le acompañen a recoger el cadáver de su hijo muerto en una operación de combate.
Las décadas transcurridas han hecho mella en la actitud reivindicativa de los antiguos destroyers de las rigideces militares. Pero el añejo espíritu de crítica volverá a surgir en medio del asfalto, a base de situaciones pintorescas; enmarcadas en el sinsentido de una sociedad perdida, en aras de la opulencia y el consumismo irracional.
Un drama de tintes tragicómicos en el que Richard Linklater establece juicios de análisis efectivo, a través del objetivo de su habitualmente inteligente cámara.
