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La música del siglo XX no habría sido la misma sin la presencia de Ian Curtis. El líder de Joy Division paseó su enigmática figura por los escenarios revitalizadores de la electrónica y el punk, en el Manchester de finales de los setenta. Sus letras, sublimadas por la rebeldía y las ganas de sobrevivir a la asfixia existencial, no entendían de comportamientos relacionados con la indiferencia. Tal energía se vio cortada prematuramente, cuando un 18 de mayo de 1980 la prometedora estrella de voz reivindicativa se suicidó, víctima supuestamente de un proceso depresivo asociado con su frágil salud y sus problemas sentimentales.
En el momento en que se conoció la noticia de la defunción de Curtis, Joy Division tenía en el horno de Factory Records su segunda creación de estudio, Closer. La banda fue incapaz de poner en circulación el disco antes de la muerte de su líder y vocalista; pero consiguió dar cuerpo a tan particular obra pocos días después, como homenaje a su amigo caído. Tal grabación póstuma se convirtió en todo un vinilo de culto para miles de fans, que lloraban la pérdida del cantante.
Treinta y un años después, Hacienda Records recuerda al mítico grupo con The Lights, un EP que recupera el sonido de la bandera musical made in Curtis de la Inglaterra post Sex Pistols, a través de algunos de los efervescentes temas de Joy Division. Para empezar, el famoso Peter Hook (bajista del grupo desde 1976, cuando respondían al nombre de Warsaw) es el verdadero artífice del invento. Junto a él, Jack Bates (bajo), Nat Wason (Guitarra), Andy Poole (Teclados) y Paul Kehoe (Batería), sin olvidar la inestimable colaboración de Rowetta (la voz de Happy Mondays), han hecho posible un CD en el que se concitan joyas como la legendaria Pictures In Mind (track nunca escuchado anteriormente, y cuya maqueta fue robada en 1977).
Durante el final de la década setentera, la genialidad juvenil se concentró con indudable talento y fuerza en la ciudad del equipo donde juegan el United y el City. Como en el filme 24 Hour Party People, de Michael Winterbottom, los chicos del enclave británico exhibieron la necesidad de expresarse a través de algo que iba mucho más allá del rock, el pop y el punk; y que desembocaría en una suerte de fusión de géneros que confluyó en una especie de new wave, con predominio de las melodías de hedonismo evocador. En ese especial panorama, Bernard Sumner, Peter Hook, Stephen Morris e Ian Curtis dieron una auténtica sorpresa tras el estreno de su primer EP, el neurótico Unknown Pleasures.
Los especialistas se congratularon de hallar, en medio de un fenómeno o corriente en la que convivían gente del tipo de The Happy Mondays y The Stone Roses, los frescos y reivindicadores punteos de Curtis y sus muchachos; sirviendo de inspiración y guía en el mediático ecosistema rugiente de los locales armonizados con las atronadoras sinfonías electrónicas.
El suicidio de Curtis provocó la disolución de Joy Division; aunque los demás componentes continuaron con su legado en New Order. En este caso, los miembros –salvo algunas bajas a lo largo de su existencia- fueron Bernard Sumner, Peter Hook, Stephen Morris y Gillian Gilbert (a la que pronto sustituyó Phil Cunningham). Mucho más tendentes hacia lo melódico que a la compulsión magnética esgrimida en los tiempos de Curtis, esta nueva banda firmó sencillos tan impactantes como Blue Monday, y vinilos tan contundentes como Technique. Con ellos, el espíritu de Joy Division evolucionó hacia terrenos más serenos y no tan tortuosos como los desvelados en Unknown Pleasures y Closer; pero lo que sí conservaron los autores de Atrocity Exhibition fue la innegable calidad sonora. En 2007, New Order se disolvió definitivamente; tras la grabación en 2005 de Waiting For The Siren’s Call; aunque la esperanza de una reunión está más que presente en el cerebro de todos los que asistieron hace tres décadas a las jornadas, intensas e irrepetibles, en la escena del Manchester de los pantalones campana.
Similares sueños por recobrar la riqueza de los pentagramas de antaño es lo que ha llevado a Peter Hook a iniciar una gira de conciertos en los que, bajo el título The Light Perform Closer, reverdece la genialidad apresada por el admirado segundo trabajo de Joy Division. El 18 de mayo dará comienzo este viaje hacia atrás en el tiempo; cuya pimera escala será en el escenario de The Factory en Manchester (Inglaterra), situado en el 112-118 de Princess Street . Una vez más, la portada de Closer -diseñada por Peter Saville- y sus canciones impregnadas en cada palabra con un inconfundible halo de predestinación trágica entonarán -como en épocas pretéritas- la nocturnidad con sus lastimeros guitarreos, incendiados con el fuego de púas afiladas. Por cierto, los seguidores españoles de la banda de Ian Curtis, sumada con la eficacia veterana del sello New Order, podrán disfrutar del espectáculo el próximo 5 de julio, en el Festival de Donarte de la localidad gallega de Pontevedra.
Más información en http://www.neworderonline.com
