Paul Thomas Anderson revive los setenta

El cineasta de "Pozos de ambición" y "El hilo invisible" viaja a la época de los pantalones campana y las patillas de bandolero, en "Licorice Pizza": una tragicomedia adolescente, que protagoniza Cooper Hoffman (el hijo del célebre Philip Seymour Hoffman).

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Paul Thomas Anderson
Paul Thomas Anderson muestra las aventuras sentimentales de un joven que quiere ser actor, en “Licorice Pizza”

Paul Thomas Anderson es un creador de nervio desbocado y agresivo, capaz de secuenciar un argumento a base de primeros planos salvajes y determinantes, mientras la película lanza sus fotogramas como dardos incandescentes de potencia sobrehumana.

La desconcertante Boogie Nights, la turbulenta y laberíntica Puro Vicio, la oscura y cainita Pozos de ambición, la infernal y psicótica The Master, la controladora y rectilínea El hilo invisible… Todos estos títulos conforman la filmografía de un director peculiar e imprevisible, el cual suele apostar por no seguir las normas establecidas por los grandes estudios, para no encorsetar y comprometer su libertad a la hora de rodar.

Su última aventura en formato de celuloide, pese a guardar el parentesco succionador de conciencias habitual en las anteriores obras del californiano, muestra un particular universo humano, volcado hacia abajo; en el que un adolescente deshace su aparente ingenuidad, para acceder a un paraíso edénico, en el que cualquier elemento pierde su prístino significado.

Esta odisea homérica, ambientada en los Estados Unidos durante los psicodélicos años setenta, lleva el sugerente y alimenticio título de Licorice Pizza; y, en ella, Paul Thomas Anderson despliega un ejercicio analítico de carácter sociológico, que puede recordar en intenciones al apuntado anteriormente por colegas de las claquetas como Gus van Sant y Richard Linklater. Una introspección personalista, acompañada por la presencia protágonica del joven Cooper Hoffman (el vástago actor del recordado Philip Seymour Hoffman, que se estrena en el cine con este largometraje).

Paul Thomas Anderson
Paul Thomas Anderson mezcla actores poco fogueados, con estrellas del calibre de Bradley Cooper y Sean Penn

Junto a Cooper, la veinteañera Alana Haim interpreta a la teenager que roba el corazón del héroe con acné de Licorice Pizza: una chica que comparte instituto con el talentoso Gary Valentine (Hoffman), quien anhela triunfar en el séptimo arte. Ellos son los responsables de dotar de verosimilitud el argumento central de la película, con los vaivenes sentimentales que ambos experimentan; siempre al compás de un entorno opresivo y descorazonador.

Un ecosistema colorista e ilusorio, en el que habitan los personajes que encarnan Bradley Cooper, Sean Penn, John C. Reilly y Tom Waits, entre otros rostros conocidos.

PAUL THOMAS ANDERSON QUITA HIERRO A “LICORICE PIZZA”

Aprendí la verdad a los diecisiete años“, cantaba Janis Ian en el lejano 1976, en la balada folk At Seventeen. Una afirmación que parece servir de armadura discursiva a Paul Thomas Anderson, para orquestar el libreto original de Licorice Pizza. Una trama en la que el adolescente Gary Valentine (Cooper Hoffman) se convierte en el epicentro dramático, mientras intenta equilibrar en su existencia sus aspiraciones como actor y su romántica pasión hacia la bella Bron (la muchacha por la que suspira, entre las clases de inglés y de matemáticas).

Las vanidades propias del mundo del espectáculo, y las cosas que hay que dejar en el arcén de los pasados sin cicatrizar, parecen modelar las escenas de una obra que mezcla con soltura el drama y la comedia, tintada con los agradecidos pigmentos de la California de los años setenta (una tierra de sueños y promisiones vacuas, donde las quimeras están al alcance de los que están dispuestos a perder cualquier atisbo de honorabilidad).

Paul Tomas Anderson
Paul Thomas Anderson se refugia en el amor adolescente, para construir el argumento de “Licorice Pizza”

La zona de Encino (disfrazada en el film como el Valle de San Fernando)  ha servido a Anderson para grabar el itinerario visual por el que transita el genuino Gary Valentine, seguido por los las notas emulsivas de la banda sonora ideada por Jonny Greenwood (el guitarrista de Radiohead), y que rememoran un tiempo de patillas rebosantes de vitalidad y de peinados agrestes.

Un escenario de autocines delatores y rock explosivo, en el que Paul Thomas Anderson desgrana los sinsabores de la fama a cualquier precio, para descansar la conciencia sobre los mullidos almohadones de las juventudes desafiantes.

Nota: Licorice Pizza tiene previsto su estreno en USA para el próximo 24 de noviembre.

Más información en

https://www.focusfeatures.com/

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