Maroon 5 recuerdan a Feldstein
La banda estadounidense graba un disco dedicado a su mánager, fallecido en 2017: catorce temas convenientemente edulcorados y rítmicos, reunidos bajo el título de "Jordi" (en referencia al nombre de Jordan Feldstein).
Maroon 5 suelen calcular con inteligencia cada paso que dan en el mundo de la música. Un dato que acreditan sus tres premios Grammy, sus trece nominaciones a los citados galardones del gramófono dorado, y la legión de seguidores que admira su pop psicodélico y multicolor.
Tales credenciales son perceptibles con claridad en Jordi (Universal Music): un disco con ADN transversal, capaz de contentar a oyentes provenientes del pop de etiqueta, el rock de laboratorio discotequero, el funk emulsivo, el r&b sin alma de asfalto, y el hip hop de ámbito residencial. Con semejantes ingredientes, el grupo liderado por el mediático Adam Levine moldea una obra complaciente, y para nada disruptiva o salvaje: un álbum carente de mensajes revolucionarios, que asume el papel de las denuncias políticamente correctas.
El tema Memories (dedicado al mánager Jordan Feldstein, muerto de un ataque cardiaco a los 40 años, en 2017) fue el germen que inspiró a Levin para reunir de nuevo a Maroon 5, y grabar un trabajo compuesto por 47 letristas diferentes; líricas hilvanadas por un conjunto de sintonías mullidas, que forman parte del sello de identidad de la formación norteamericana, desde su debut en 2002, con el brillante Songs About Jane.
Con independencia de las ilusorias coordenadas creativas que esgrime el discurso melódico del séptimo CD del sexteto proveniente de USA, lo más destacable en Jordi es el plantel de colaboradores que participan en esta figurada fiesta de pijamas, organizada al calor de una hoguera, y controlada por ornamentaciones ostentosas.
Entre los amigos que asoman por los surcos del disco se encuentran la rapera Megan Thee Stallion; el estimulante Blackbear (quien ha sido confirmado como telonero de Maroon 5 en su próximo tour, aparte de ejercer como productor); la legendaria Stevie Nicks; los nigerianos Bantu; la sorprendente H.E.R.; el potente rapero Juice WRLD; el eléctrico Jason Derulo; el puertorriqueño Anuel AA; el experto en reggaeton Tainy; y el tristemente fallecido Nipsey Hussle (quien está acompañado por Y.G., para entonar una versión de Memories).
MAROON 5 CONTENTAN A TODOS LOS QUE PUEDEN
La fórmula utilizada Maroon 5 en Jordi parece salida de un manual de tendencias aglutinadoras, destinada a no descartar ningún tipo de preferencia musical. Para ello, Adam Levine y sus colegas no pierden ocasión para amoldar sus orquestaciones electrónicas, al compás de los vaivenes de los artistas que acompañan a la banda; dentro de esta aventura deslavazada y algo caótica.
Imposibilitados para esconder la sensación de confusión reinante, el sexteto despliega un repertorio contagioso de voces e instrumentos, en el que sobresale la pericia de los teclados hipnóticos de P.J. Morton, Jesse Carmichael y Sam Farrar; aunque, con ello, el ambicioso experimento sitúe a Maroon 5 en un universo raro y de comodidad expansiva. Una localización virtual, que metamorfosea a la formación californiana en un remedo tímido de formaciones tan camaleónicas como Black Eyed Peas.
Este cosmos de hibridación sonora provoca una montaña rusa de deserciones clarificadoras, en la que se pierden las aportaciones de la mayoría de los invitados a colaborar en el álbum.
Salvo Megan Thee Stallion, H.E.R., Jason Derulo, y alguna que otra guest star, el dominio hedonista e ilusorio impuesto por Adam Levine hunde los catorce tracks en un incierto abismo de pigmentación excesiva, como si las canciones estuvieran asfixiadas por una gigantesca bola de algodón de azúcar. Un mal que se hace especialmente patente con la insulsa participación de Stevie Nicks, quien nunca recuerda a la mítica mujer que enganchó a generaciones enteras, desde la portentosa plataforma de Fleetwood Mac.
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