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Madonna pone en venta la decimotercera obra de su extensa carrera: Rebel Heart (Interscope Records, Live Nation y Boy Toy). Un álbum que ha sufrido los efectos de la piratería, y que cuenta en la producción con Avicii y Kanye West.
La provocación y el ruido mediático suelen ser elementos promocionales casi tan importantes como las virtudes artísticas. Un apartado destinado al escándalo que La ambición rubia domina como pocos, y con el que suele hacer temblar los cimientos de la música con cada paso profesional que acomete.
No en vano, Madonna Louise Veronica Ciccone (Bay City, Míchigan, USA, 1958) se ha mantenido con semejantes armas en lo más alto del trono del pop y la electrónica mainstream, durante algo más de tres décadas. Un periplo para al que la otrora y gondolera Lolita de Like A Virgin no pone fecha de caducidad.
A unos meses de cumplir cincuenta y siete veranos, la cantante, empresaria, escritora y actriz lanza al mercado uno de sus discos más polémicos, salpicado desde su gestación por la guerra declarada contra la piratería, y aderezado con salidas de tono dignas de contar en cualquier enciclopedia sobre rebeldes con causa.
Sin embargo, lejos de los disfraces de torera y de las frases rimbombantes vía Twiter, lo que subyace en el decimotercer álbum de la estrella norteamericana es un producto de impecable factura ejecutora, aunque algo falto de peso específico en cuanto a su calidad artística.
MADONNA SE METE CON TODO
Aguerrido y peleón, el corazón enrabietado de la ex de Sean Penn se erige a través de los surcos como la voz tenue de un muestrario de poses escandalizadoras: siempre voluntariamente excéntricas, y con el destino de provocar a las audiencias a través del vitriolo de sus mensajes.
Dentro de esta tónica por acabar con la indiferencia, la religión es una de las dianas más llamativas y reincidentes en las letras de la star estadounidense, en un intento significativo por definir una feminidad contraria a los dogmatismos con carne de púlpito.
Tal propósito resultaría estimulante si no estuviera regado continuamente con metáforas que rozan el ridículo, y que sitúan a Madonna en un plano más infantil que adulto, más iconográfico y mercantilista que sincero. Un camino que no ayuda a clarificar en su exposición ni siquiera el interesado uso promocional de fotografías de líderes mundiales como Martin Luther King y Nelson Mandela, creadores como Frida Kahlo y Dalí o señeras estrellas de Hollywood como Marilyn Monroe; todos ellos con la cara cubierta por los mismos cables que cruzan la faz de la propia Ciccone.
No obstante, MDNA es muy consciente del porqué de sus incursiones en la industria, y este Rebel Heart es un producto fácilmente consumible por cualquier tipo de público: heterogéneo y diverso (tanto en intenciones como en leitmotiv). En definitiva, un CD diseñado para contentar a un amplio arco de seguidores, con independencia de su edad y de sus gustos.
De esta manera, es posible darse baños de nostalgia con temas del calado de la polémica Holy Water (lírica que cuenta con reconocibles samples sacados directamente del hit Vogue), aderezar los oídos con el dúo al lado de la veinteañera Miley Cyrus en Wash All Over Me, comprobar el estado actual de la artista de Míchigan con Iconic (en la que colaboran Chance The Rapper y el ex boxeador Mike Tyson), rasgarse las vestiduras con Joan Of Arc, o convenir identificaciones asumidas con Bitch, I’m Madonna (que interpreta junto a Nicki Minaj).
Tanto vaivén estilístico pasa factura a un compacto que funciona puntualmente, pero que pierde sentido si se pretende contemplar como una obra unitaria.
Un artículo especialmente concebido para la generación que ha crecido con iTunes, y que adquirirá toques triunfalistas a través de la esperada gira que ya prepara minuciosamente la intérprete de Express Yourself.
Al final, a pesar de las virtudes y defectos de Rebel Heart, lo que subyace es su capacidad para provocar. Un terreno que, como se ha venido demostrando desde el lejano 1983, La ambición rubia domina como nadie…
Vídeo promocional de “Living For Love“, perteneciente al canal MADONNAVEVO.
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