Kevin Costner se pasea con sombrero vaquero calado hasta las cejas, mientras el viento de Nueva Orleans estampa sus historias de desencanto y vagabundeo en la epidermis del otrora sex symbol de Silverado.
En la distancia, el cineasta John Lee Hancock (Al encuentro de Mr. Banks) da el visto bueno a una toma, en la que Costner y su compañero de reparto Woody Harrelson intentan seguir el rastro de un par de delincuentes míticos y legendarios: una pareja de atracadores de gasolineras devenidos en iconos populares, los cuales respondían a los nombres de Bonnie Parker y Clyde Barrow.
Kevin encarna en Highwaymen al tipo duro y concienzudo llamado Frank Hamer (Francis Augustus Hamer, según su partida de nacimiento); y, por su milimétrica caracterización, parece que el recordado ranger de Texas ha regresado de su descanso eterno, para expresar su testimonio sobre el tiroteo que acabó con la vida de Bonnie y Clyde (Hamer nunca quiso escribir el solicitado libro de la salvaje operación, pese a que las editoriales le ofrecieron sumas astronómicas).
Hancock recrea los hechos acontecidos en los años treinta con una cierta atmósfera a lo True Detective, donde Costner y Harrelson ponen palabras y gestos a las intensas jornadas que protagonizaron Hamer y Maney Gault, para dar con la banda de los escurridizos salteadores de bancos y surtidores de combustible; aparte de otras misiones en las que los dos rangers se vieron involucrados.
El guion diseñado por John Fusco (Arma joven) revela un ejercicio audiovisual de factura humana verosímil, con una cuidada ambientación de la época de la Gran Depresión americana (primer lustro de la década de los treinta). Decorado en el que gobierna el aroma del naufragio de las ilusiones colectivas, que da pie a los responsables de la movie a captar un diferente punto de vista, respecto a un argumento que ha servido para llenar miles de fotogramas a lo largo de las décadas.
KEVIN COSTNER EMPUÑA UNA REMINGTON
En 1967, el director Arthur Penn consiguió trasladar con singular efecto y sobresalientes resultados el currículo delictivo de Clyde Barrow y Bonnie Parker; en el filme Bonnie and Clyde.
El autor de El pequeño gran hombre rodó una película de miradas cómplices y situaciones inolvidables, que contribuyó a elevar al estrellato a los impactantes Warren Beatty y Faye Dunaway. Pero, ¿qué ocurría con la figura de los agentes perseguidores en el mencionado largometraje?
En la cinta de Penn, el papel de Frank Hamer estaba interpretado por el veterano Denver Pyle: un secundario de lujo, al que muchos recordaréis como el simpático tío Jesse, de la serie Los Dukes de Hazzard. Sin embargo, la importancia del personaje estaba eclipsada por el arrebatador pulso romántico exhibido por Beatty y Dunaway.
Esos efectos de desequilibrio dramático quedan superados en Highwaymen, desde el hecho de que Bonnie y Clyde son simples referencias tangenciales en la evolución de la historia, carentes de peso específico en la estructura del libreto.
La trama de la obra de Hancock centra su foco de atención en la figura del supuestamente esforzado y cumplidor agente texano Francis Augustus Hamer: un profesional con placa y orgullo sureño, herido diecisiete veces en acto de servicio, que participó activamente en la emboscada que acabó con Bonnie y Clyde en el consabido tiroteo, ocurrido un 23 de mayo de 1934.
La zona de Nueva Orleans es el sitio escogido por al nutrido equipo para trasladar a imágenes en movimiento la mediática existencia del servidor de la ley, que solía portar una escopeta Remington 35 Modelo 8 semiautomática; y el cual goza de una mención honorífica en el Texas Ranger Hall of Fame.
Nota.- Netflix tiene previsto el estreno de Highwaymen para el próximo 29 de marzo de 2019.
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