Johnny Depp rueda en Francia
El carismático protagonista de "Piratas del Caribe" viaja al país de La Marsellesa, para participar en la grabación de "Jeanne du Barry" (La Favorite): una película palaciega, basada en la relación amorosa que mantuvieron el rey Luis XV y la cortesana Jeanne du Barry, entre 1768 y 1774. Johnny Depp encarna el papel del monarca, mientras que Maïwenn se caracteriza como la seductora Madame du Barry (aparte de escribir el guion y dirigir el film).
Johnny Depp acaba de romper este verano su silencio interpretativo de cerca de tres años, para recalar en una producción europea de naturaleza palaciega, en la que la estrella estadounidense puede dar rienda suelta a un histrionismo cortesano de contagio colectivo, mecido entre sábanas de raso y oropeles monárquicos e imperialistas.
La grandeza de los jardines de Versalles es un buen entorno para que el icónico Jack Sparrow, de Piratas del Caribe, recupere la emoción de ponerse delante de las cámaras, para dar vida al absolutista rey francés Luis XV: el nieto del Rey Sol y a su vez abuelo del guillotinado Luis XVI. Un personaje cambiante y enriquecedor, el cual era capaz de llevar con determinación las riendas de una nación en continua expansión y en creciente desigualdad ciudadana, y rendirse en sus momentos de calma a los encantos de sus poderosas amantes.
La actriz, directora y guionista Maïwenn (Polisse) es la responsable de que Depp recupere el pálpito de encarnar nuevamente un papel, después del mediático juicio que le enfrentó a su exesposa Amber Heard. Y lo hace a través de la movie Jeanne du Barry, cuya trama intenta escenificar la extraña y escandalosa relación pasional que mantuvieron Luis XV y la intrigante Jeanne Bécu.
Maïwenn es coautora del libreto original, que firma con Teddy Lussi-Modeste (El precio del éxito); un texto que pretende desvelar la intimidad compartida por el esposo de Marie Leczinska y su última amante, quien sustituyó a la celebrada e influyente Madame de Pompadour, en cuanto a las preferencias amorosas del abuelo de Luis Capeto.
Versalles, y por ende los recintos aristocráticos de París, se ha convertido en el inmenso plató en el que la cineasta y su equipo han decidido desplegar el grueso del argumento. Una película que centra su atención en las traiciones y los secretos de alcoba que circulaban por el monumento ajardinado, donde residía Jeanne du Barry, por invitación del monarca conocido como el Bien amado.
Maïwenn se ha reservado para sí el rol de la portentosa e inteligente Jeanne du Barry: una mujer nacida ilegítima y en la más absoluta pobreza, que subió los peldaños del escalafón social por medio de su belleza y sus innegables encantos. Una dama de enorme ambición, que no dudó en falsificar su partida de nacimiento, para conseguir un matrimonio ventajoso con el conde que promovió su encuentro con Luis XV (quien era treinta y tres años mayor); y a la que le resbalaban los desplantes públicos que le ofrecía sin cesar María Antonieta.
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La escasez de noticias medianamente contrastadas respecto a Jeanne du Barry (aún se desconoce si al final ese será el título, o el inicial de La Favorite) invita a pensar que el punto de vista de Maïwenn podría estar cercano -en cuanto a atmósfera desenfrenada y psicodélica- al elegido por Sofia Coppola, para su película María Antonieta. Planteamiento destinado a diseñar un viaje sutilmente actualizado a la Francia del siglo XVIII, en el que los laberintos de espejos de Versalles se transforman en experiencias edénicas, sublimadas por los estampados de los vestidos y los maquillajes excesivos.
Tal traslado a la época inmediatamente anterior a la Revolución Francesa, que presenta la responsable de ADN, está acompañado por la labor fotográfica de Laurent Dailland (Man To Man) y por la banda sonora de carácter sensitivo ideada por el compositor británico Stephen Warbeck (Shakespeare in Love). Dos profesionales que sin duda dotarán de relevancia artística la puesta en escena imaginada por Maïwenn, y en la que pervive el aroma de una pasión mediada por el poder, el dinero y la admiración fetichista.
Atrayente por su habilidad para ganarse el corazón de Luis XV y por su obsesión para dejar atrás un pasado poco halagüeño, Madame du Barry ya había sido objeto de numerosos acercamientos cinematográficos anteriormente, a lo largo de las décadas. En 1916, el talentoso Ernst Lubitsch convirtió a la inspiradora Pola Negri en la cautivadora Jeanne Bécu, mientras que el germano Emil Jannings hizo lo propio con Luis XV. Casi veinte años después, en 1934, William Dieterle recuperó la activa existencia de Madame du Barry, con la impactante Dolores del Río y Reginald Owen en los roles de la antigua cortesana y el monarca. Por su parte, en 1954, Christian-Jaque firmó un nuevo biopic en formato de celuloide, protagonizado por Martine Carol.
Maïwenn parece no incluir su película en la senda de los títulos mencionados, ya que su apuesta es más personal, más enfocada hacia las interpretaciones psicológicas, que hacia la identificación real con los personajes a los que alude la trama. Un punto de vista que sugiere libertad en la ejecución, aunque esté sujeto a las aventuras que Jeanne du Barry experimento a lo largo de sus cincuenta años de existencia (antes de perecer en la guillotina, acusada de traición al pueblo, el 8 de diciembre de 1793).
Nota: Netflix tiene prevista la distribución de Jeanne du Barry en 2023.
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