Jimi Hendrix, en el volcán
Janie Hendrix, hermana del legendario guitarrista nacido en Seattle, edita "Live in Maiu": un álbum compuesto por dos compactos y tres vinilos, que recupera los históricos conciertos que Jimi Hendrix, Billy Conty y Mitch Mitchell ofrecieron el 30 de julio de 1970.
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Jimi Hendrix era una estrella mediática y musical cuando accedió a visitar la isla hawaiana Maui, para animar el interior de un conocido volcán, con su pasión guitarrera y sus melodías surgidas de una brillante unión entre la psicodelia sesentera, el rock and roll de tradición underground y el blues de traicioneras noches en vela.
Durante el verano de 1970, el músico de Washington, el bajista Billy Cox y el batería Mitch Mitchell fueron convencidos por el mánager del genuino guitarrista (Michael Jeffrey) para participar en una película titulada Rainbow Bridge: una especie de cinta contracultural inspirada en Easy Rider, en la que Hendrix tenía que interpretarse a sí mismo, además de incorporar varios temas grabados en el interior del volcán de Haleakala (17 minutos, en total).
La experiencia no resultó todo lo grata que se preveía, e incluso el sonido resultante tuvo que ser sustituido por sesiones de estudio en Nueva York. Sin embargo, la empresa sí dejó un interesante material de archivo, que ahora ve la luz, bajo el título de Live in Maui (Sony Music Entertainment).
Dos CDs, tres LPs y el documental Music, money, madness… Jimi Hendrix in Maui conforman esta pieza de coleccionismo, que presentan -con nostálgicos lazos afectivos- John McDermont, George Scott y Janie Hendrix (hermana de Jimi).
“Jimi amaba la aventura, y eso fue lo que le sedujo durante el tiempo que pasó en Hawái, un lugar que le inspiraba en exceso. Regresar a la historia de Rainbow Bridge y estas grabaciones, me ha permitido acercarme a la habilidad de Jimi para transformar lo extraño en algo maravilloso. Estamos realmente excitados con este proyecto, porque lleva al público a las entrañas del genio de Jimi“, explica Janie, quien no oculta la fascinación que ejerce en ella la figura de su célebre pariente.
JIMI HENDRIX NO NECESITABA GUION
Subido a un escenario, Jimi Hendrix era un auténtico huracán de sensaciones y atmósferas; todo ello potenciado por su inigualable habilidad para extraer los sonidos más elocuentes a su aguerrida guitarra eléctrica. Entre las púas de su instrumento, el músico estadounidense era capaz de localizar los lamentos existenciales del blues de carretera y el sufrimiento cotidiano de las líricas desesperadas; al tiempo que añadía, con inteligencia y desparpajo, pizcas de rock señero y épico, como si edificara manifiestos líricos contra las injusticias sistémicas hacia los más desfavorecidos.
Desde sus deslumbrantes actuaciones en Woodstock y la Isla de Wight, Hendrix se había convertido en un ídolo para los jóvenes que defendían las tesis pacifistas, auspiciados por al auge las filosofías orientales; siempre en contraposición con el muro belicista de una nación que mandaba a sus compatriotas menos adinerados a luchar en la Guerra de Vietnam.
Gestada en los estudios Warner, la idea de contar con Jimi y su banda para dotar de lustre la extraña movie ideada por Chuck Wein, titulada Rainbow Bridge, captó pronto la atención del guitarrista; al que le interesaba dejar constancia de su armonía con la naturaleza, a base de la práctica del yoga, el taichí y la meditación trascendental de cuerpo y mente.
Con independencia de las frustradas y esotéricas intenciones cinematográficas de la obra de Wein, la edición remasterizada de Live in Maui permite a los aficionados disfrutar de la música en directo de uno de los guitarristas más talentosos del pasado siglo XX.
Poder escuchar con garantías joyas del tipo de Hey Baby, Hear My Train, Voodoo Child, Fire, Message To Love, Dolly Dagger o Stone Free es una oportunidad que cualquier amante de las sensaciones al borde de la locura sinfónica no debería desperdiciar.
James Marshall “Jimi” Hendrix falleció en un hotel de Kensington (Inglaterra) al poco de finalizar su aventura en formato de celuloide, pero sus notas extraídas a las cuerdas eléctricas y rítmicas de su mejor amiga profesional aún quedan en la memoria de las legiones de sus fans. Eso es lo que dota de significancia la recuperación de Live in Maui; ya que, después de cincuenta años de la elaboración de Rainbow Bridge, poco importa que el film pasara sin pena ni gloria por las salas de proyección en su época…
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