Jean-Pierre Jeunet, toque surrealista

El director de "Amélie" rueda en estos momentos "BigBug": una alocada comedia futurista sobre una determinante revolución robótica, cuyos trazos recuerdan a algunas de las aventuras más gratificantes vividas anteriormente por Jeunet, en filmes como "Delicatessen" y "Alien: Resurrección".

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Jean-Pierre Jeunet
Jean-Pierre Jeunet, en un momento del rodaje de “BigBug”/ Foto: Netflix y Gaumont

Jean-Pierre Jeunet alcanzó la cima profesional a nivel popular tras el éxito sin precedentes de Amélie. Este cuento moderno y de estética a lo René Magritte convirtió al inteligente e imaginativo cineasta francés en uno de los llamados renovadores del séptimo arte. Sin embargo, el singular espíritu creativo de Jeunet y sus accesos autorales impidieron que su carrera gozara de la necesaria regularidad taquillera.

La tibia acogida en las taquillas de Largo domingo de noviazgo (2004), Micmacs (2009) y El extraordinario viaje de T. S. Spivet (2013) demostraron al director nacido en la región del Loira que tenía que explorar de manera más eficaz su arsenal personal y poliédrico de historias, para hallar la senda con que reverdecer antiguas gestas.

Lejos de los territorios fabuladores de Amélie, Jeunet ha localizado últimamente el impulso artístico, a través de sus inclinaciones por el género de la ciencia ficción, que tan buenos resultados le ocasionó con títulos tan memorables como La ciudad de los niños perdidos (1995) y Alien: Resurrección (1997).

Con semejante punto de partida, surgió el libreto de la crónica ambientada en 2050 que lleva por título BigBug, y que parece ser una colorista e ingeniosa mixtura entre las tesis distópicas de Isaac Asimov, y las sinuosidades angustiosas de Luis Buñuel, exhibidas en el film El ángel exterminador.

Jean-Pierre Jeunet
Jean-Pierre Jeunet inventa una ingeniosa historia de ciencia ficción, como ya hizo en “Alien: Resurrección”

Los ecos de la Revolución Francesa toman en BigBug las tonalidades electrónicas de un levantamiento de robots, en el que los humanos son los enemigos a batir, como si se transmutaran en los decapitados aristócratas de finales del siglo XVIII. Un juego siniestro, aunque no de “pelota y guillotina”, que promete emociones de laboratorio, sobre todo porque los protagonistas deben permanecen ocultos en una mansión, mientras un ser de metal se encarga de que las díscolas máquinas del exterior no los exterminen.

JEAN-PIERRE JEUNET ESTUVO CUATRO AÑOS EN BUSCA DE FINANCIACIÓN

En unas recientes declaraciones, Jean-Pierre Jeunet ha confesado que BigBug ha salido adelante por su particular empeño, y el de algunos de sus colaboradores habituales. Aunque esta realidad no resulta una novedad para el creador francés, ya que incluso con Amélie tuvo que pasear su proyecto por multitud de productoras, que no parecían querer asumir el riesgo de apostar por una película tan distinta a las que se exhibían en esos momentos en las salas de proyección.

Pero, pese a que el cine de Jeunet nunca ha gozado del apoyo entusiasta de los ejecutivos audiovisuales, el caso de BigBug ha resultado un poco más complicado que en anteriores ocasiones, sobre todo después de que Brigitte Maccioni, de UGC, no se sintiera especialmente motivada por un argumento sobre una rebelión robótica. Este rechazo consternó a Jean-Pierre Jeunet, quien vio una oportunidad de sacar la película adelante, cuando David Kosse, de Netflix, se puso en contacto con él para financiar la movie. Una decisión que el responsable de Delicatessen asocia con la tomada por Martin Scorsese, cuando el responsable de Taxi Driver entregó los derechos de exhibición de El irlandés a Netflix.

Jean-Pierre Jeunet
“Amélie” marcó el punto álgido en la carrera de Jean-Pierre Jeunet

De esta manera, después de cuatro angustiosos años, el guion ideado por Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant consiguió pasar los complicados laberintos burocráticos y económicos, y comenzar su rodaje en los estudios de Bry-sur-Marne. Una grabación que también ha tenido que sufrir constantes y puntuales retrasos, por culpa de la pandemia ocasionada por el coronavirus.

Contra viento y marea, el autor de Delicatessen ha conseguido regresar a sus universos surrealistas y de profundo sentido humorístico, con Dominique Pinon (el actor fetiche de Jeunet) como uno de los principales alicientes del heterogéneo reparto de rostros conocidos.

Más información en

https://www.netflix.com

 

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