Jason Statham supo sacar partido a su bien trabajado cuerpo, cuando cambió la práctica del salto de trampolín por la interpretación.
Dentro del género de los duros con capacidad innata para repartir palos, este isleño nacido en Derbyshire ha logrado el éxito, al cubrir el hueco de los pegones con ciertas dosis de preparación intelectual. No es que sus personajes sean habituales de los pensamientos profundos; pero algunos de ellos sí que animan al personal a acercarse a los razonamientos con cierta lógica inductiva y a la cultura de la observación casi zen, frente a la impetuosidad de los ganchos mecánicos que exhiben otros de sus colegas.
Esta naturaleza de gentleman de los pubs cerveceros y de los clubes de diana y dardos ha permitido a Statham lucir su cuidada gestualidad y rictus, en filmes tan neuróticos como Crank: Veneno en la sangre, o la saga de Transporter. Solo después de haberse ganado el honor de ser el actor fetiche de Guy Ritchie, con el que ha colaborado en cuatro películas.
La última de estas producciones es Cash Truck: remake anglosajón de la movie francesa Le Convoyeur, que dirigió en 2004 Nicolas Bukhrief, con un desconcertante y misterioso Albert Dupontel (Nos vemos allá arriba), como protagonista.
Guy Ritchie traslada la historia original del país de la Marsellesa a la populosa ciudad de Los Ángeles (USA), donde se desarrollan las actividades delictivas en las que se ve inmerso el conductor y vigilante, al que da vida Jason Statham.
Un tipo callado y extraño; el cual se ve atrapado en una red criminal, en la que también ponen su granito de arena las caracterizaciones de Josh Hartnett (Penny Dreadful) y Scott Eastwood (El viaje más largo), entre otros.
JASON STATHAM CONDUCE VEHÍCULOS PESADOS
En Le Convoyeur, Albert Dupontel encarnaba a Alexandre Demarre: un individuo aquejado de una enfermedad mental, que aceptaba un oscuro trabajo, como vigilante en un negocio que olía a hampa hasta en las inexistentes tarjetas de presentación corporativa.
Para esta revisión made in USA, Ritchie echa mano de un rol protagonista al que únicamente se conoce por la inicial de H; alguien cuyo código de conducta es el silencio más absoluto, respecto a su vida privada y a los asuntos que presencia.
Lo único que debe hacer este rocoso hombre es preservar el flujo de dinero que se mueve en torno a la organización que le contrata; algo que se le da francamente bien, hasta que comienzan los problemas.
A punto de estrenar The Gentlemen: Los señores de la mafia, Guy Ritchie recupera en Cash Truck la asociación con uno de sus intérpretes fetiche, como es Jason Statham. El antiguo competidor olímpico de trampolín y el cineasta de Aladdin han trabajado codo con codo en cuatro películas; algunas de ellas, las mejores de la filmografía de ambos.
La colaboración profesional de este dueto amante de la adrenalina comenzó con la fresca y vertiginosa Lock & Stock (1998), y siguió con la icónica Snatch: Cerdos y diamantes (2000). Respecto a este último título, a pocos aficionados al séptimo arte se les pasó por alto la humorística interpretación de JS en ese filme, como el lioso y ambicioso Turco.
A estos dos éxitos en taquilla les siguió el sonoro patinazo de Revolver (2007): un aparatoso largometraje de discernimiento filosófico y criminal, que rozaba el ridículo y la neurosis paranoide.
Así, hasta la realización de Cash Truck: una movie que los seguidores de esta pareja de destroyers de las normas esperan pueda recuperar parte de la genialidad de antaño.