Héctor Zamora amuralla el Met
El artista mexicano crea un laberinto de sinuosas paredes de terracota, en la azotea ajardinada del Museo Metropolitano de Nueva York, dentro de la instalación titulada "Lattice Detour".
Héctor Zamora esculpe y proyecta ideas y construcciones con musas de talante diverso y caprichoso; tales como la luz, el aire, las sombras amortiguadas sobre el terrado, o las transparencias cristalinas de los rayos solares.
Con semejantes socios medioambientales, el creador nacido en Ciudad de México es capaz de provocar comportamientos sociales y reflexiones profundas, protagonizadas por acciones tan aparentemente rutinarias como una cadena humana de traslado de ladrillos (Material Inconstantancy), o materializadas por cortinas amuralladas en forma de celosías impactantes y atrayentes. Justo esto último es lo que propone el artista centroamericano con Lattice Detour: la colosal e imaginativa instalación, que acompaña a los visitantes del Metropolitan Museum desde el pasado mes de de agosto.
Al estilo de una curvilínea serpiente, compuesta por ladrillos de terracota de Monterrey, Zamora ha logrado intervenir y modelar el singular Iris and B. Gerald Cantor Roof Garden: un privilegiado y capitalino mirador, que expande sus vistas por Central Park y la isla de Manhattan; el cual es de por sí una de las atracciones más llamativas del museo neoyorquino al que corona.
“El principal objetivo de este trabajo es la provocación a través de una pieza monumental como esta“, afirma Zamora, en una entrevista concedida al Met. Un valor conceptual y plástico, que requiere de la reacción del público asistente; y que se traduce en cómo los visitantes se muestran sensitivamente ante los cambios de luz, los recorridos por las dos caras del muro, la contemplación de las numerosas plantas que crecen en el pavimento…
HÉCTOR ZAMORA SIEMBRA TEORÍAS SOBRE LA SOCIALIZACIÓN
Pese a que Lattice Detour está concebida antes del surgimiento de la pandemia del coronavirus, la idea central de la escultura -o arquitectura partida- radica en la diferente manera en que los seres humanos acceden al conocimiento de ellos mismos y de los otros, como si se dispusieran a adaptarse a una “nueva normalidad”.
Según el mencionado objetivo, y a través de los huecos entre los ladrillos, los paseantes de una cara y de la otra pueden contemplarse fugazmente, mientras anhelan el momento en que al fin podrán verse un sentido completo, tocarse con la mirada, imaginar sonrisas y afectos…
Un argumento que HZ concretiza con la idea del muro, puesta de actualidad por los discursos racistas de Donald Trump. Un mensaje que el artista de Ciudad de México potencia con el escenario; y que crece en medio de la necesidad de espacios al aire libre, para resolver los laberintos emocionales sustentados por la cadena de ladrillos de terracota.
Esa unión con la naturaleza y el paisaje circundante hace que la creación de Zamora adquiera un significado claro y poético, acompañada de las exuberancias lejanas de Central Park y de los titánicos mensajes que lanzan los rascacielos de Manhattan.
Los elementos bronceados de esta construcción de 3,3 metros de alto por 30 de largo monologan sobre la existencia de dos lados, dos mundos, dos fronteras, dos pueblos… Unas tesis que no están exentas de implicaciones políticas y sociales, y que tienen su referente real en el conflicto fronterizo entre Estados Unidos y México.
Héctor Zamora trata de convertir Lattice Detour en una voluntaria y ficticia Torre de Babel, en la que los constructores pertenecen a culturas y nacionalidades diferentes: unos obreros que, simbólicamente, son los propios visitantes de la instalación.
Ellos deciden… ellos piensan… ellos encuentran las puertas…
Nota: Lattice Detour estará en el Met hasta el próximo 7 de diciembre de 2020.
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