Bridgerton, las claves de su éxito

Netflix estrenó el pasado 25 de diciembre esta serie ambientada a principios del siglo XIX en Inglaterra, la cual ha congregado a numerosos seguidores, desde la emisión de su primer episodio. ¿Quieres saber por qué ha enganchado a tantos televidentes?

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Bridgerton
Bridgerton está basada en el libro “El duque y yo”, de Julia Quinn

Bridgerton es una serie que juega con brillantez las cartas del éxito seguro, en un tablero audiovisual en el que los espectadores suelen responder con entusiasmo a las producciones cuyas tramas transcurren en aristocráticos salones, ocupados por personajes dados a los escarceos amorosos, y tocados por la varita de la elegancia discursiva.

Así es como la inteligente Shonda Rhines (cerebro de Anatomía de Grey) y el productor y guionista Chris van Dusen han diseñado esta obra de ocho capítulos, en la que se pone de manifiesto una de mas máximas para encandilar a las audiencias de USA y del resto del mundo: mostrar la opulencia de la añeja aristocracia británica, amparada en los gustos estéticos a lo Beau Brummell, y con los imanes literarios apuntados hacia las novelas de Jane Austen.

No es ningún secreto que los estadounidenses se muestran muy proclives a apoyar las historias que exhiben la grandeza de los amplios salones de baile en una Gran Bretaña de cuento de hadas, con jóvenes casaderas que encuentran el verdadero amor al rebelarse ante la posibilidad de matrimonios concertados. Un estilo de narración que la autora Julia Quinn reprodujo con notable habilidad, en su famosa saga de Los Bridgerton.

Precisamente, El duque y yo (Titania Ediciones) -el primer título de esta colección sobre corazones desbocados, en la Inglaterra de la Regencia (período que se suele considerar entre 1795 y 1837)- es la base argumental sobre la que sustenta su guion el serial nominado Bridgerton, que la plataforma Netflix estrenó el pasado 25 de diciembre.

Según los parámetros actuales, las producciones de época ambientadas en el país de la Union Jack que suelen triunfar en las pantallas se dividen en dos categorías: las que siguen el esquema de Downton Abbey, y las que se colocan en el universo enamoradizo y de etiqueta de Jane Austen. Fuera de esta disputa se sitúa Outlander, que recrea la dependencia de muchas de las autoras estadounidenses hacia la Escocia de los apasionados highlanders.

Bridgerton se incluye voluntariamente en el segundo grupo de los mencionados, con su apuesta por construir un engranaje romántico que recuerda a Orgullo y prejuicio.

Pese a que la existencia de las citadas opciones permite que se cuelen en las parrillas de programación -y con garantías de éxito- producciones sobre tiempos pretéritos, también es un poco descorazonador que hayan quedado para el olvido triunfalista las historias que se acogen a la variante de Charles Dickens, las hermanas Brontë, Thomas Hardy, Victoria Holt, George Eliot, o la famosa Barbara Cartland.

Bridgerton
Bridgerton reúne los elementos de opulencia y conquista que suele enganchar a los espectadores

Para defender las influencias que alimentan a sus creaciones literarias, Julia Quinn afirmó en una entrevista que sus libros no debían ser vistos como textos propios de una historiadora concienzuda; sino como puertas de evasión, destinadas a provocar emociones a través del entretenimiento y los amables contextos situacionales. Propósitos que exhibe con suma fidelidad la serie firmada por Chris van Dusen, donde la exuberancia de los ropajes y las  deslumbrantes localizaciones permiten hacer soñar a los seguidores con una época de romanticismos añorados, tan lejana como apetecible.

BRIDGERTON NO ROMPE LAS REGLAS

Hace unas décadas, para explicar el éxito en USA de las adaptaciones de las novelas de E. M. Forster llevadas a cabo por James Ivory, los especialistas aseguraban que los espectadores de la nación de las barras y estrellas solían premiar a los films británicos que reflejaban la antigua prestancia de una nobleza exclusivista, irónica, romántica y hedonista.

En similar sintonía, a finales de los setenta, la serie Poldark (uno de los hitos audiovisuales del canal BBC) enganchó a miles de espectadores, al cumplir las expectativas de los que deseaban abstraerse con las aventuras de un miembro de la baja aristocracia inglesa, que luchaba contra los grandes terratenientes colindantes, mientras desplegaba su pasión amorosa entre la dulce Demelza y la aristocrática y bella Elizabeth. Anteriormente, las clases altas de nacionalidad británica ya habían llamado la atención del público mundial en el ámbito de la pequeña pantalla, con la inolvidable Arriba, abajo.

Tal fue el impacto mediático de Upstairs, Downstairs, que la aparición de Downton Abbey debe mucho al serial protagonizado por la familia Bellamy.

Estas conexiones explican a claramente el apego que existe entre el público y las visiones de una Inglaterra plagada de galantes caballeros e ingenuas damas, que dirimen sus asuntos en amplios salones de baile, bajo diálogos cuidados al milímetro para no ofender a los demás.

Bridgerton
Bridgerton ha sido rodada en míticos escenarios de Inglaterra

Todo este universo queda ampliamente representado en Bridgerton, cuyas virtudes escapan a los análisis de las críticas sesudas, para definir sus mayores atractivos en el terreno de las fantasías inspiradas en la Gran Bretaña de trajes a medida y vestidos de vuelo de principios del siglo XIX.

En algunas críticas tras el estreno de la producción de Shonda Rhines, uno de los puntos en contra que se le achacaban a la serie estribaba en que no actualizaba su mensaje en ningún momento, lo que podía alejar su propuesta de los intereses y preocupaciones de los terrícolas del siglo XXI. Sin embargo, esta falta de identificación subliminal con el presente es más un acierto que un resbalón. En este sentido, si Chris van Dusen hubiera caído en la trampa de las conexiones inverosímiles, el serial habría resultado extraño y anacrónico.

Debido a lo expuesto anteriormente, quizá sería conveniente resaltar que Bridgerton ha cautivado a las audiencias por su componente de diversión glamurosa, que acompaña a esta producción diseñada para llamar la atención; la cual que aloja sus mejores propósitos sobre el regazo de un romanticismo de comportamientos afilados, donde los protagonistas están condenados a entenderse.

Más información en

https://www.netflix.com

 

 

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