Bill Murray y Sofia Coppola unieron sus respectivos talentos cinematográficos en el ya lejano 2003, en la brillante movie Lost in Translation.
Desde entonces, el mundo y la industria audiovisual han cambiado de manera exponencial, con respecto a la realidad que experimentaron Murray y Coppola en su primer encuentro profesional. Unas modificaciones que han impuesto, entre otras cosas, nuevas reglas de comercialización para las películas, y que han ocasionado la expansión de las denominadas plataformas de contenidos en streaming.
Precisamente, Apple -una de estas compañías con ganas de repartirse la tarta del visionado online junto a Amazon, Netflix y HBO– es la que ha financiado la elaboración del filme que une por segunda vez (si se exceptúa el especial A Very Murray Christmas) al icónico protagonista de Los fantasmas atacan al jefe y a la directora de Las vírgenes suicidas. Una aventura alocada por una New York city que recuerda a la de Jo, qué noche (Martin Scorsese, 1985), y que lleva por título On the Rocks.
Apoyada en el solvente trabajo de fotografía de Pillippe Le Sourd (La seducción), la heredera de Francis Ford Coppola pasea con su cámara por las arterias de la urbe del Empire State, con el afán de mostrar el universo de diversión y escapismo que ofrece la megaciudad en la que Woody Allen rodó algunos de sus largometrajes más conocidos.
De esta manera, el potente decorado callejero se convierte en un personaje más, de una cinta con espíritu de party sin límite de aforo ni de locuras que escenificar; en la que Murray ejerce como ilustre anfitrión, y Rashida Jones (Duncanville) se somete a las avanzadas lecciones dramáticas de este carismático actor estadounidense (justo como hizo Scarlett Johanson en 2003, en Lost in Translation).
BILL MURRAY MIDE SU CAPACIDAD DE SEDUCCIÓN
La trama de On the Rocks es bastante sencilla desde el punto de vista argumental. El guion refleja la situación de una joven madre en Nueva York, que decide recuperar la relación con su progenitor: un playboy de largo recorrido vivencial y con conquistas a lo largo y ancho del planeta, el cual exhibe un nulo calado familiar.
Semejante rol, el de esta especie de seductor ajeno al paso del tiempo, bien podría considerarse como una sutil continuación del flemático Bob Harris, de Lost in Translation; aunque, en esta ocasión, el tecnificado Tokio del mencionado filme modifica su fisonomía por la del entorno cosmopolita de NY, dibujado con mucha imaginación y trazos de fondo existencial.
A24 y Apple Tv+ son las firmas encargadas de soportar el rodaje de On the Rocks, cuya finalización ha quedado aplazada por el periodo de confinamiento ocasionado por la pandemia del COVID-19. Unas compañías que se interesaron por el proyecto de Sofia Coppola debido, sobre todo, a la singular habilidad del libreto para mezclar la comedia y el drama.
Una obra que evoluciona a la par que lo hacen los diferentes tipos que deambulan por la historia: un conjunto de seres heterogéneos que habitan en una sociedad más o menos hedonista; a los que prestan sus rostros Jessica Henwick (Juego de tronos), Jenny Slate (Venom), Barbara Bain (Espacio 1999) y Marlon Wayans (Dos rubias de pelo en pecho), entre otros.