Balagueró filma la seducción asesina
Un bloque de apartamentos, escondido en la jungla de asfalto de una gran ciudad, es el hermético escenario en el que transcurre el último filme del director catalán de Darkness. Nuevamente, los comportamientos extremos -los mismos que llevan a los hombres y a las mujeres a sacar al exterior los monstruos que ocultan convenientemente las conciencias socializadas- configuran las coordenadas de la esperada obra del creador de Frágiles para este 2011, un largometraje que lleva por título Mientras duermes.
Sin nada en común con la cinta estadounidense de Mientras dormías (esa comedia romántica pergeñada antes de la siesta diaria por Jon Turteltaub, y que protagonizaron Sandra Bullock, Bill Pullman y Peter Gallagher), la película del atrayente Jaume Balagueró (Lleida, 1968) sigue un argumento original del turinés Aberto Marini (autor narrativo de Romasanta, producción del colaborador del cineasta de REC Paco Plaza); una trama en clave de thriller en la que el personaje principal es un conserje cuyo hobby consiste en espiar a los vecinos del inmueble donde trabaja. Este hombre taciturno y con una psicopatía creciente se mantiene un tanto controlado en su obsesiva afición, hasta la llegada de una inquilina que se transforma en el blanco de los deseos más paranoicos del guarda. La maldad de este individuo para materializar sus fines de índole fetichista y asesina es lo que marca la evolución de una historia que se inscribe en el género de los terrores reales.
El impactante y solicitado Luis Tosar (Lugo, 1971) es el encargado de poner físico a César, el tipo al que le gusta someter a su voluntad a toda la comunidad de la construcción en la que presta sus servicios de vigilancia. El actor gallego, capaz de sacar petróleo de su mirada de acero y su corpulencia, engrosa con esta interpretación su particular currículum de seres de ficción a los que les tira el lado más infernal de la psique humana. Su colaboración en este largo de Balagueró inicia además una temporada -la de 2011- que pone punto y seguido a su magnífica cosecha de 2010, en la que los premios y reconocimientos han marcado el sello dramático de esta camaleónica estrella, que suele basar sus caracterizaciones en la fisicidad y en los milimétricos movimientos ante la cámara. Su papel de Malamadre en Celda 211, de Daniel Monzón, abrió esta etapa particularmente exitosa del norteño en 2009; camino a la admiración pública que completó en 2010 con sus participaciones en Lope, de Andrucha Waddington, y También la lluvia, de Icíar Bollaín. El rodaje colombiano de Operación E, de Miguel Courtois, apunta a ser el próximo destino del lucense.
Pero el reparto de Mientras duermes también guarda otros ases bajo la claqueta. El más llamativo de estos comodines triunfales tiene el nombre de Marta Etura (País Vasco, 1978). La ganadora de un Goya por su actuación de Elena, en Celda 211, está en un buen momento en su carrera profesional; trayectoria en alza que le ha llevado a compartir pantalla con dos actores de fama planetaria, como son el escocés Ewan McGregor y la inglesa Naomi Watts. La razón de este encuentro laboral de la guipuzcoana con el habla de William Shakespeare es la cinta sobre los efectos de un tsunami filmada por Juan Antonio Bayona (El orfanato), cuyo título es The Impossible.
Con Mientras duermes, Balagueró regresa a la actualidad en formato de celuloide después del estreno de REC2, en 2009. Las dos entregas iniciadas tras REC (2007), centradas en la historia sobre una epidemia zombi que protagonizó una reportera de televisión encarnada por la eficaz Manuela Velasco, fueron todo un descubrimiento para el cine español, que consiguió saltar las fronteras de la Piel de Toro para sorprender incluso a los ejecutivos hollywoodienses, quienes crearon un flojo y poco inspirador remake con el speaking English por bandera. Desde Los sin nombre (largo según la novela original del terrorífico Ramsey Campbell grabado en 1999) hasta REC2, pasando por Darkness (2002) y Frágiles (2005), la filmografía de Jaume es verosímil y bastante compacta en cuanto a sus intereses, siempre a medias entre el misterio y el horror sobrenatural. Tan solo el fiasco del extraño documental O.T. (La película) supuso un borrón en su periplo; aunque no eclipsó, afortunadamnte, la faz más creativa de sus fotogramas deudores del susto y la perturbación.