Shogun regresa a la televisión
La espectacular serie protagonizada por Richard Chamberlain en 1980 volverá en streaming, dentro de la plataforma de FX, en calidad de esmerado remake. La serie, que consta de diez episodios, cuenta con el estadounidense Cosmo Jarvis (Peaky Blinders), como el aventurero navegante inglés John Blackthorne.
Shogun supuso un acontecimiento televisivo, tras su estreno en 1980. La atractiva novela del australiano James Clavell dio pie a una ambiciosa e imaginativa miniserie dirigida por Jerry London, que descubrió las inquietantes aventuras en Oriente de un navegante inglés llamado John Blackthorne: el primero en alcanzar las lejanas tierras de Japón, a comienzos del siglo XVII.
La historia de Blackthorne estaba ligeramente inspirada en la del piloto británico William Adams quien, asociado con mercaderes holandeses, arribó a las tierras niponas en plena época del shogunato y de las luchas entre señores feudales, mientras la corona portuguesa y los miembros de la compañía de Jesús intentaban convencer a los autóctonos para abrir su comercio de materias primas a los intereses de la nación lusa, a través de la aceptación de la religión católica como única corriente válida de fe y pensamiento.
Los cinco capítulos de los que constó el serial de London contaron con el solvente actor australiano Richard Chamberlain, para encarnar al carismático Blackthorne. Un trabajo esforzado y brillante en el que el recordado intérprete de Centennial estuvo acompañado de los no menos sobresalientes Toshirô Mifune y Yôko Shimada. La producción ganó tres premios Emmy en 1981, y cosechó unos resultados más que estimulantes a lo largo de su estreno y posteriores reposiciones en pantalla.
Cuarenta y dos años después, FX se ha hecho con los derechos de la novela de Clavell, para montar una adaptación en formato televisivo que intenta recuperar parte del impacto mediático de su precedente catódico. Un propósito que comenzó con la elección de los decorados principales, repartidos entre Japón y Gran Bretaña; y con la construcción de manera fiable y a escala del Erasmus: el barco que comanda Blackthorne.
El actor de origen armenio, y nacido en Estados Unidos, Cosmo Jarvis (Persuasión) es el elegido para meterse en la curtida piel del arriesgado capitán John Blackthorne. Un personaje mediado por la rudeza de sus experiencias marítimas, siempre obsesionado por ir más allá de los límites conocidos, y por abrir nuevas rutas en lugares repletos de riquezas inimaginables.
Junto a Jarvis, el reputado intérprete nipón Hiroyuki Sanada (Mortal Kombat) es quien presta su físico al atemorizante y autoritario Lord Toranaga (un rol que el tokiota hereda del legendario Toshirô Mifune). Por su parte, la neozelandesa Anna Sawai (Ninja Assassin) luce con ceremoniosa soltura los kimonos de la elegante Lady Mariko.
SHOGUN REPRESENTÓ UNA MANERA DIFERENTE DE HACER TELEVISIÓN
En los ochenta, cuando se rodó la primera adaptación para la pequeña pantalla de Shogun, Jerry London mostró una forma de grabar un serial muy cercana a la de las películas cinematográficas del Hollywood dorado, con actores de reconocida trayectoria profesional y escenarios sorprendentes y exóticos. Un espectáculo que aprovechaba parte de las atracciones aventureras de Sandokan, a las que sumaba una cuidada ambientación histórica, para reflexionar sobre el concepto social del Japón de los guerreros samurái y los grandes y poderosos señores territoriales. y ponerlo en contraste con la existencia ajena a dogmatismos espirituales que desplegaba el inglés John Blacktrorne.
Las décadas transcurridas han modificado bastante las condiciones artísticas de hacer televisión (ahora sería más correcto describir el medio como streaming, online y seriado), aunque los productores han querido mantener el sentido espectacular y sorpresivo que desborda en cada capítulo la novela original de James Clavell.
Una de las cosas que han tenido en cuenta los directores Frederick E.O. Toye, Jocathan van Tulleken, Charlotte Brändström y Hinori Kamata es que en la actualidad los espectadores ya han accedido a un conocimiento mediático del Japón del shogunato, más certero y desde distintas perspectivas, a través de obras audiovisuales del tipo de El último samurái (Edward Zwick, 2004) y Silencio (Martin Scorsese, 2017).
Aunque el mayor reto para que este remake de Shogun alcance entidad propia estriba básicamente en su capacidad para acallar los ecos que mantienen viva la producción de 1980. Un serial en el que todavía resuenan los enfrentamientos verbales e ideológicos entre el esperanzado rol de Richard Chamberlain y el del atronador Toshirô Mifune.
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