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Samuel L. Jackson soñó desde su juventud con prestar su rostro al personaje más famoso del blaxploitation (nombre del género que englobó las cintas producidas en los años setenta, destinadas a potenciar el cine de la comunidad negra de USA). Un anhelo que el intérprete de Los odiosos ocho disfrutó enormemente, cuando logró su objetivo en el año 2000.
En aquel entonces, John Singleton fue el responsable de que Shaft volviera a patear las calles de Harlem, con su gabardina de cuero, sus andares chulescos y su violencia coreográfica. La película resultó una digna secuela de la saga que interpretó Richard Roundtree en la década de los setenta. Pero no hubo continuación alguna a esa aventura inicial (los datos que saltaron la luz reflejaban que la causa principal fueron las desavenencias entre los productores y el resto del equipo).
Dieciocho años después de la obra de Singleton, New Line y Netflix recuperan el espíritu genuino de la adictiva novela de Ernest Tidyman, con Samuel L. Jackson nuevamente como el peculiar John Shaft II; y con Richard Roundtree en la piel de su tío, el mítico John Shaft I.
El título de la movie es una vez más Shaft (probablemente se le pondrá un subtítulo más adelante, para evitar equivocaciones con las cintas precedentes); y en ella, los responsables del proyecto han intentado elaborar una historia acorde con los tiempos actuales, aunque sin perder de vista el aroma pretérito de la creación original de 1971.
Para ello, el cineasta Tim Story (La barbería) se ha rodeado del talento y de la imaginación de los guionistas Kenya Barris (Plan de chicas) y Alex Barnow (Los Goldberg), quienes han buceado por los ancestros del detective ideado por Ernest Tidyman.
SAMUEL L. JACKSON QUIERE AL SHAFT QUE ÉL ADMIRABA EN SU JUVENTUD
El argumento de Shaft, pese a las escasas informaciones al respecto, dirige su foco de interés a la unión intergeneracional de la familia de defensores de la ley que da nombre a la película. Por un lado, está el anciano tío John Shaft I: el hombre al que el músico Isaac Hayes y el cineasta Gordon Parks elevaron a la categoría de estrella en 1971, dentro del blaxploitation. Richard Roundtree (el actor original de Las noches rojas de Harlem) es el encargado de portar esos galones, que no cedió ni en la película de 2000.
En la parte intermedia, se sitúa el protagonista y sobrino del anterior, el espigado John Shaft II: un duro detective con pegada irresistible, al que regala su planta de tipo malcarado Samuel L. Jackson.
Y en el escalón último, como el elemento más joven del clan, se halla John Shaft Jr.: un joven experto en informática, que tiene que pedir ayuda a su padre (John Shaft II) y a su tío abuelo (John Shaft I), para que le saquen de un atolladero.
La música y la singular puesta escena hicieron de los filmes de Shaft verdaderos bombazos taquilleros en su época. Desde la primera de las cintas, titulada Las noches rojas de Harlem (Gordon Parks, 1971), el papel encarnado por Richard Roundtree se unió a la galería de personajes que dieron lustre al cine tildado como de explosión negra; y que engrosaron, entre las celebridades más destacadas, las sensuales Foxy Brown (Pam Grier) y Christie Love (Teresa Graves).
Dos partes más tras Las noches rojas de Harlem (Shaft vuelve a Harlem, en 1972, y Shaft en África, en 1973) y una serie de televisión (producida entre 1973 y 1974) completaron el itinerario de Richard Roundtree como el famoso detective neoyorquino. Por lo menos, hasta el estreno de Shaft, ocurrido en el año 2000.
La obra de Story se sitúa figuradamente a medio camino entre el pasado y el presente, aunque sería de extrañar que no incluyera el archiconocido tema compuesto por Isaac Hayes, y que es la huella de identidad de este héroe compuesto por tonos grises; el cual contribuyó a difundir el séptimo arte de una comunidad que elevaba su talento contra la marginación que sentía en USA.
Nota.- Shaft tiene prevista su fecha de estreno para el 14 de junio de 2019.
