0
0
Luca Guadagnino no podía creer que el círculo de críticos cinematográficos distinguiera a Call Me By Your Name (un filme de factura más que modesta, dentro de la multimillonaria industria audiovisual estadounidense) como uno de los títulos de referencia de cara a las nominaciones para los prestigiosos Globos de Oro (premios que muchos consideran como la antesala de los Oscar).
La noticia pilló por sorpresa a este director siciliano, especializado en obras que tocan la capacidad del ser humano para hallar relaciones sentimentales inconfesables y complicadas. Un profesional de artísticos vuelos que con Cegados por el sol empezó a ser reconocido más allá de su tierra natal.
La excelente novela del escritor egipcio André Aciman, titulada Call Me By Your Name, es la causa principal por la que el creador transalpino ha alcanzado la meta volante de los Golden Globe Awards: un libro que, traducido al lenguaje cinematográfico por el también cineasta James Ivory, intenta rozar la grandeza escénica de clásicos literarios llevados a la pantalla como Muerte en Venecia, de Luchino Visconti.
No obstante, la situación y los personajes que refleja la cinta de Guadagnino son muy diferentes a los paisajes nostálgicos y a las pasiones crepusculares orquestadas por parte del profesor Gustav von Aschenbach, hacia el renacentista efebo llamado Tadzio.
En Call Me By Your Name, los protagonistas son un adolescente de 17 años y un universitario de 24 primaveras, que descubren una irresistible atracción mutua durante un verano en Italia, quemados por el sol lombardo de la década de los ochenta.
El veinteañero Timothée Chalamet (Interstellar) y Armie Hammer (El llanero solitario) encarnan a la pareja de amantes furtivos, inmersos en un juego de insinuaciones y secretismos que Guadagnino ha grabado con el debido cuidado. Todo para no provocar reacciones adversas hacia una historia que tiene su centro neurálgico en la memoria compartida, los sentimientos traicionados y el amargo sabor del miedo al descrédito social.
LUCA GUADAGNINO RECURRE A “MAURICE”
La casa solariega en la que se desarrolla Call Me By Your Name tiene el aspecto de las guaridas ocultas a la revisión castradora de las espíritus censores.
En el interior de este inmueble de sensuales atmósferas (localizado en la zona de Crema, en Lombardía), el fuego hormonal sustituye a los razonamientos cobardes, como si los fantasmas de los cánones de la belleza silenciaran a las concepciones dogmáticas sobre sexualidades prohibidas.
Allí, el joven Elio Perlman (un chico de diecisiete años culto y cansado del hastío que encuentra a su alrededor) desata un irrefrenable deseo carnal hacia el ayudante de su padre: un universitario norteamericano, que responde al nombre de Oliver.
Al principio, el temor encarrila los encuentros de ambos; pero, después de los escarceos previos, los dos hombres se abandonan a una relación de consecuencias imprevistas y determinantes para sus respectivas existencias.
Con este tema de hogueras encendidas y distancias cortas, Luca Guadagnino graba una movie en la que el paisaje de la Italia eterna y subyugadora goza de una presencia constante a lo largo de la historia, decorando la desidia pasional de Elio y Oliver.
Un recorrido por los instintos desbocados y sin ambigüedades de cara a la galería, que Armie Hammer y Timothée Chalamet ejecutan con convicción, envueltos por una trama que se queda un tanto alejada del tono desinhibido que exhibe la novela original.
Al final, y motivado sobre todo por decisiones comerciales políticamente correctas, el desfogue amatorio de Call Me By Your Name resulta más sutil en la pantalla que el descrito por Aciman, aunque a Ivory -y según sus propias palabras, recogidas por un medio de comunicación norteamericano- le habría agradado no someterse a los rigores de los ocultamientos programados por la mercadotecnia.
Nota.- Call Me By Your Name llegará a las salas españolas el próximo 16 de febrero de 2018.
Tráiler oficial de Call Me By Your Name, por Sony Pictures Classics
