Lesley-Anne Down, la bella de GBR
La sensual e imponente Madeline Fabray LaMotte, en "Norte y Sur", vive ahora en Malibú (California), al lado de su esposo (el fotógrafo cinematográfico Don E, FauntLeRoy). Pese a que los papeles no son ahora tan frecuentes como en su juventud, la singular Georgina Worsley, de "Arriba y abajo" sigue en activo.
Lesley-Anne Down lo tenía todo para triunfar en el mundo de la interpretación.
Dotada de un rostro cercano a la perfección, la londinense fue consciente desde su niñez de que las cámaras se rendían ante su presencia; algo que potenció al máximo en cada una de sus apariciones en cine y televisión, pese a que en algunas ocasiones tuviera que sacrificar un poco su innegable talento artístico.
Según las biografías editadas, Lesley-Anne Down comenzó en el universo mediático a la temprana edad de 10 años, cuando sus progenitores la embarcaron en la carrera de modelo; lo que le abrió las puertas a diversas campañas publicitarias a escala nacional. Los sorprendentes ojos azules de la pequeña, y su desparpajo en los platós, hicieron que pronto se hiciera un hueco entre las preferencias de numerosos directores, animados por contar en sus obras con una chica que había sido distinguida como “la adolescente más bella de Gran Bretaña“, premio logrado a sus quince primaveras.
Sin embargo, la notable juventud de la que posteriormente fue pareja sentimental del director William Friedkin llegó a pasar factura a la aspirante actriz, quien reconoció más tarde que tuvo que lidiar con poderosos hombres de la industria con intenciones deshonestas, los cuales únicamente buscaban los favores sexuales en la entonces estrella emergente.
Entre las películas más destacables de esa etapa teen, Lesley-Anne probó suerte con el terror de la Hammer (La condesa Drácula); los musicales románticos rodados en España (Sin un adiós, al lado de Raphael); o recreaciones históricas de períodos conflictivos (La papisa Juana). Todo un programa de entrenamiento dramático, que le sirvió de escuela activa para hacerse con uno de los papeles más determinantes en su aún escaso CV: el de Georgina Worshley, en la serie Arriba y abajo. La ficticia prima de James Bellamy causó un impacto increíble entre los espectadores y los productores audiovisuales, tanto que Down no dudó en lanzarse a conquistar el mercado estadounidense.
Las credenciales de la capitalina eran excepcionales, avaladas por su colaboración con movie stars del calibre de Kirk Douglas (Pata de palo) y John Wayne (Braningan). Sin embargo, la aureola europea y casi aristocrático de su físico hacía que muchos de los papeles ofertados en Hollywood no fueran pensados para el lucimiento de la modelo y cantante británica.
Un condicionante que no impidió a la joven londinense conseguir llamar la atención en la Meca del Cine, merced a su impecable rendimiento en films tan exitosos como El primer gran asalto al tren (Michael Crichton, 1978); La saga de los Hardeman (Daniel Petrie, 1978); La pantera rosa ataca de nuevo (Blake Edwards, 1976); La calle del adiós (Peter Hyams, 1979); y La esfinge (Franklin J. Schaffner, 1981), entre otros.
LESLEY-ANNE DOWN SIGUE ATESORANDO UN INCREÍBLE FÍSICO
No obstante, y a pesar de que sus incursiones en el séptimo arte fueron más que brillantes, la chica procedente de la urbe del Támesis se movió mucho mejor en la pequeña pantalla made in USA.
Unos años después de asentarse definitivamente en la nación de las barras y estrellas, Lesley-Anne Down accedió a otro de los roles más recordados de su carrera ante las cámaras (después del ya citado de Georgina Worshley): este fue el de la atemorizada y romántica Madeline Fabray LaMotte, en Norte y Sur (1985- 1986). La química desplegada al lado de Patrick Swayze hizo que Down fuera nominada a un Globo de Oro, en 1986; y catapultó la fama de la londinense a cotas inimaginables.
Nunca más volvió Lesley-Anne a cosechar tales niveles de popularidad; y eso que grabó incluso una tercera entrega de Norte y Sur, que no consiguió las cifras de share de las dos partes precedentes, debido sobre todo a la ausencia de Patrick Swayze en el reparto.
Esmaralda la Zíngara (en la versión de El jorobado de Notre Dame elaborada por Michael Tuchner, en 1982); la trágica Joan Madou (en el remake de Arco de Triunfo, dirigido por Waris Hussein, en 1985); la apasionada Chloe (en Los últimos días de Pompeya); la elegante Stephanie Rogers (en Dallas); la peligrosa e influyente Jaqueline Payne Marone (en Belleza y poder); y la de la maltratada Olivia Regent (en la quinta entrega de Yo soy la justicia: El rostro de la muerte, estrenada por Allan A. Goldstein, en 1994) son algunas de las caracterizaciones que han dado lustre a la extensa vida profesional de Lesley-Anne Down. Una actriz de asfixiante belleza, que supo aprovechar sus dotes físicas, para dar rienda suelta a su talento escénico.
En la actualidad, y a los sesenta y seis años, la británica acaba de finalizar el rodaje de Of God and Kings, de Joe Estevez; al tiempo que ha preparado el guion de un proyecto titulado Unicorn, junto a su esposo Don E, FountLeRoy.