0
0
George MacKay -antes de participar en el filme- seguramente conocía a Ned Kelly sobre todo a través de la visión que dan de él los relatos populares y los numerosos largometrajes que circulan sobre este arriesgado fuera de la ley de nacionalidad australiana, el cual se atrevió a atacar las injustas leyes del colonialismo imperante con una simple arma de fuego y mucho arrojo aventurero.
Kelly y sus hombres pusieron en jaque un sistema basado en la diferenciación de clases, y en la explotación de los menos favorecidos por los miembros pertenecientes a las esferas superiores en la escala de mando. Estos seres de existencias precarias a los que defendía el mencionado atracador solían experimentar la asfixia colectiva e individual, por causa de las acciones de los inmisericordes terratenientes.
Precisamente, uno de esos citados señores de alcurnia fue el principal causante de la caída de Edward “Ned” Kelly a los infiernos de los tribunales y la cárcel. Identificado como el Condestable Alex Fitzpatrick, este individuo propició el encarcelamiento del casi adolescente Ned, cuando este le disparó en defensa propia, ante el interés sexual del interfecto hacia a la hermana del muchacho.
El cineasta australiano Justin Kurzel (Macbeth) recupera la azarosa vida de NK y de sus compañeros de correrías, para exhibir los múltiples aspectos de un curso existencial marcado por la necesidad de luchar contra la marginación y la explotación, a la que se veían abocados muchos de los habitantes de la isla con capital en Camberra, a finales del siglo XIX.
Con el propósito de retratar la faz más cercana del héroe de la antigua Nueva Gales del Sur, Kurzel adapta el libro The True History of the Kelly Gang, de Peter Carey; para narrar el cuarto de siglo que el hijo de John “Red” Kelly y Ellen pasó sobre la superficie de la Tierra, siempre en continuo duelo contra las autoridades supeditadas al control estricto del gobierno británico.
GEORGE MACKAY EMULA A HEATH LEDGER Y A MICK JAGGER
El sentido romántico que sugiere la actitud de rebeldía de Ned Kelly impregna cada una de las páginas de la obra ideada por Carey, y también se traslada al espíritu del guion diseñado por Shaun Grant (el cual es la guía esencial de la película del responsable de Assasin’s Creed).
Desde el inicio del argumento, con un protagonista aupado al acceso de la educación por la intermediación de Harry Power (uno de los amantes de su progenitora), la acción deja claras señas del carácter irreductible de un hombre llamado a ser el héroe de los compatriotas asolados por las deudas: aquellos que tenían que repartir los escasos alimentos entre los miembros de su familia, y los que peleaban con todas sus fuerzas por sobrevivir en medio de la pobreza y la desafección de los políticos y los empresarios.
Dentro de semejante panorama, Ned Kelly y sus ataques a las fuerzas opresoras supusieron una brizna de esperanza, inextinguible a pesar del ahorcamiento de este vástago de emigrantes irlandeses, ocurrido un fatídico 11 de noviembre de 1880 (cuando el sentenciado salteador de caminos y bancos contaba solo veinticinco años de edad).
El británico George MacKay (el recordado e inteligente Bodevan, de Captain Fantastic) es el intérprete escogido para poner físico al legendario bandido australiano; una tarea que antes que él ejecutaron con excelentes resultados Mick Jagger (Ned Kelly, Tony Richardson, 1970) y Heath Ledger (Ned Kelly: Comienza la leyenda, Gregor Jordan, 2003).
Los conocidos Charlie Hunnam (Rey Arturo), Nicholas Hoult (La favorita) y Russell Crowe (Gladiator) acompañan a MacKay en este imaginativo y movido biopic, sobre uno de los iconos populares más empeñado en enfrentarse al yugo de los que detentaban el poder a finales de la era decimonónica.
