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Catherine Zeta-Jones viaja a Inglaterra para participar en el remake de la serie “Dad’s Army“. Oliver Parker dirige esta humorística aproximación a las tropas que cuidaban de que los nazis no invadieran el reinado de Arturo.
Los habitantes de Yorkshire han tenido durante estos meses una vecina muy especial, recién desembarcada del Hollywood de las estrellas con caché.
La galesa Catherine Zeta-Jones ha regresado a las islas que la vieron crecer como actriz, para participar en “Dad’s Army“: largometraje basado en la homónima serie de televisión de la cadena BBC, que imperó en las preferencias de los espectadores británicos de 1968 a 1977.
La última vez que la exesposa de Michael Douglas se paseó por las carteleras fue con su participación en “Red 2“, donde hacía de una seductora y peligrosa agente rusa apodada Katja. Desde entonces, los tabloides sensacionalistas se han hecho eco de la actualidad de la protagonista de “La trampa“, sobre todo a raíz de asuntos tan espinosos como el de su desorden mental y el de su separación del hijo de Kirk.
Sin embargo, no había ni rastro de alguna noticia relativa a la continuación de su carrera delante de las cámaras.
Precisamente, con respecto a su realidad profesional, la intérprete se quejó en los medios de comunicación sobre la ausencia de buenos papeles para ella en Estados Unidos. Motivo de peso por el que la sex symbol nacida en Reino Unido ha tomado la decisión de volver a su tierra, donde los guiones no son esquivos a dar oportunidades a las féminas que ya pasan de los cuarenta tacos.
Ataviada con los ropajes propios de 1944 (época en la que se desarrolla la trama de “Dad’s Army“), Jones se esfuerza como el resto de sus compañeros para acatar las órdenes del director Oliver Parker (“Un marido ideal“), y hacer creíble su peculiar personaje de Rose Winters (una periodista de elegantes trazos, que acude a Walmington-on-Sea para descubrir a un espía alemán).
CATHERINE ZETA-JONES SE PONE EL UNIFORME
Who Do You Think You Are Kidding, Mr. Hitler? Este estribillo, cantado con compases de music hall por Bud Flanagan, es uno de los más célebres de la historia de la pequeña pantalla en Gran Bretaña. Tras sus acordes, daban comienzo los episodios de “Dad’s Army“: un serial de enorme tradición en las islas, que pusieron en marcha Jimmy Perry y David Croft en 1968.
La escasez de medios y los argumentos un tanto simples hicieron que las entregas iniciales fueran catalogadas como de escasa enjundia. Pero pronto, los chistes situacionales de los ancianillos de la home guard durante la Segunda Guerra Mundial empezaron a calar hondo en la audiencia.
En este éxito progresivo tuvo mucho que ver el elenco original. Comandada por el portentoso e irrepetible Arthur Lowe (quien encarnó al histriónico Capitán George Mainwaring), la tropa no tenía desperdicio, al ritmo marcado por el elitista Sargento Arthur Wilson (John LeMesurier), el simpático Corporal Jack Jones (Clive Dunn), el inocente Frank Pike (Ian Lavender, único miembro del equipo del serial que aparece en el filme de Parker), el meloso Charles Godfrey (Arnold Ridley) o el cascarrabias William Hodges (Bill Pertwee).
Más de 18 millones de televidentes rieron con ganas a través de las ocurrencias de estos militares en la reserva. Entretenimiento que se prolongó a lo largo de ochenta episodios, siempre aliñados con argumentos brillantes y sorpresivos, que elevaron a “Dad’s Army” a la categoría de las mejores sitcoms de todos los tiempos.
Oliver Parker recoge el testigo con la consciencia de saber que adaptar un clásico siempre es una tarea complicada. Problema que el cineasta inglés ha solventado en parte al desarrollar el guion (escrito por Hamish McColl) en 1944, justo cuando finalizaron las aventuras de la producción de la BBC.
A partir de este posicionamiento temporal, el responsable de “Dorian Gray” pasó a escoger el reparto, destinado a actualizar los inmortales personajes creados a seiscientas veinticinco líneas. Toby Jones (intérprete que emula físicamente al espectacular Arthur Lowe) es el encargado de dotar de cuerpo al locuaz Capitán Georges Mainwaring, mientras que Bill Nighy (Arthur Wilson), Tom Courtenay (Jack Jones), Bill Paterson (James Frazer), Daniel Mays (Joe Walker), Michael Gambon (Charles Godfrey), Blake Harrison (Frank Pike) y Martin Savage (William Hodges) hacen lo propio con el resto de la unidad. Una formación a la que Catherine Zeta-Jones aporta su sagacidad femenina.
Los seguidores de “Dad’s Army” puede que echen de menos la coletilla de “stupid boy”, que solía pronunciar Lowe con la debida retranca, cada vez que el soldado Pike hacía una de las suyas. Pero no hay que perder la ocasión –por muchos años que medien entre el tercer milenio y la Segunda Guerra Mundial– para “hacerle perder el autobús al Sr. Hitler”.
Simplemente por ese objetivo, hace que merezca la pena la vuelta a la acción de la mítica home guard asentada en Walmington-On-Sea.
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