Catherine Schell, la metamorfa

La inolvidable Maya, personaje que pertenecía a la segunda temporada de "Espacio: 1999", dirige desde hace años un pintoresco y acogedor hotel en Francia; mientras acepta de vez en cuando alguna colaboración, en producciones televisivas del estilo de "Drácula".

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Catherine Schell
Catherine Schell (en la imagen) es recordada por los aficionados a las series televisivas como la aguerrida Maya, en “Espacio: 1999”.

Catherine Schell (nacida como Katherina Freiin Schell von Bauschlott) es una de esas actrices de elegantes ademanes, dotada de una mirada serena y una gestualidad medida y adecuada, que lucía hasta en los momentos más insospechados y neuróticos.

La vena aristocrática de la esbelta y rubia intérprete de El molino negro (Don Siegel, 1974), conformada por un árbol genealógico que la asocia incluso con personajes como el poderoso Luis XIV de Francia, era una de sus características más destacadas, dentro de su amplio backgroung artístico; don que le valió para conseguir personajes de la alta nobleza sin casi despeinarse, como el de la chispeante Lady Claudine Litton, en El regreso de la pantera rosa (Blake Edwards, 1975).

Una constante que la intérprete húngara ha mantenido hasta la actualidad, y que se pudo comprobar cuando Catherine Schell encarnó a la siniestra duquesa Valeria, en la última adaptación de Drácula, emitida por Netflix.

Aunque esa línea de sangre azul no se tradujo en que Schell habitara en salones regios a lo largo de toda su existencia, sino todo lo contrario. La infancia de la que fuera chica Bond, en el film 007 al servicio secreto de su majestad (Peter R. Hunt, 1969), estuvo marcada por la pobreza y la huida: primero a causa de la ocupación nazi de Hungría, y luego por la dominación soviética de los países pertenecientes al Telón de Acero. Un camino de privaciones, que animaron a Catherine a luchar con decisión por sacar adelante su pasión por el arte dramático.

Tras estudiar en la prestigiosa Otto Flackenberg School of the Performing Arts de Múnich (Alemania), CSch hizo su debut en el film de corte fantástico Lana-Königin der Amazonen (Cyl FarneyGéza von Cziffra, 1964); donde daba vida a una guerrera con un potencial anatómico más que brillante.

Los primeros trabajos de Catherine fueron por la senda de exhibir las evidentes virtudes físicas de la hija del barón Paul Schell von Bauschhlott; pero ella deseaba ser también valorada por su talento escénico, faceta que empezó a primar después de conocer al actor británico William Marlowe, con quien contrajo matrimonio en 1964, para trasladarse con él a Londres. Ese fue el verdadero comienzo de la carrera de Mrs. Schell.

Catherine Schell
Catherine Schell poseía una belleza serena y deslumbrante

Tanto fue así que, cinco años más tarde de su mudanza a Gran Bretaña, la intérprete aristócrata consiguió hacerse con el papel de Nancy, en 007 al servicio secreto de su majestad; con lo que entró en la ilustre enciclopedia de las chicas Bond. Una carta de presentación que le abrió muchas puertas, en la industria audiovisual de esa época.

CATHERINE SCHELL, UN ROSTRO QUE CAUSABA SENSACIONES

La potente figura de la aspirante a estrella proveniente de Budapest se hizo con un hueco más que apetecible en la televisión británica. Series de gran popularidad a principios de los setenta, como Los persuasores, El aventurero o Familia en guerra dieron a Catherine Schell la oportunidad de lucir sus encantos, y envolverlos en su sólida formación artística.

De esa manera logró ser seleccionada para encarnar a la legendaria María Walewska, en la miniserie Napoleón y el amor (1974), y a la genuina Benedicta, en Arturo de Bretaña (1973). Unos pasos necesarios que dieron pronto su fruto, para que la intérprete húngara accediera a uno de los papeles más determinantes en su extensa carrera: el de la alienígena metamorfa llamada Maya, dentro de la segunda temporada de Espacio: 1999.

Catherine Schell
La duquesa Valeria, en Drácula, ha sido la última aparición de Catherine Schell en la pequeña pantalla

Al lado del inolvidable Tony Anholt (quien era Tony Verdeschi, el jefe de seguridad de la base lunar Alpha que se enamoraba perdidamente de Maya), Schell vivió sus mejores momentos profesionales. Tanto es así que, cuando finalizó el rodaje de Espacio: 1999, Tony y Catherine confesaron su deseo de seguir con la grabación un tiempo más. No tuvieron éxito en sus demandas, aunque sí que volvieron a colaborar juntos, en Howar’s Way, en 1989.

No obstante, Maya permitió a Schell regresar a la ciencia ficción dos temporadas después de Space: 1999 , en Doctor Who, donde dio vida -en 1979– a la atrayente condesa Scarlioni.

LovejoyEl estrafalario prisionero de Zenda (donde coincidió de nuevo con Peter Sellers, después de El regreso de la pantera rosa); El mundo extraño de Madame Sim (film en el que trabajó con Bette Davis y Robert Wagner); Callan; Luna cero dos; Resurrección; Wish Me Luck… El CV de Katherina Freiin Schell von Bauschlott es prolijo en actuaciones memorables.

Todo un hándicap para la dama que el pasado 17 de julio cumplió setenta y seis veranos; y que fue capaz de cambiar el glamur escénico de los platós, por la dirección de un hotel en Francia.

 

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