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Ugo Betti y su dramaturgia de tinte social son objeto de una nueva interpretación por parte de La Pequeña Compañía, a través de la escenificación de la obra Corrupción en el Palacio de Justicia.
El grupo aficionado de teatro, dirigido por la experimentada Ivette Sánchez, escenificará el citado texto el próximo 22 de abril, en el interior del Teatro Guindalera de Madrid (Calle Martínez Izquierdo, 20).
La pieza es un documento sorpresivo y atrayente, sobre los mecanismos de engaño y traición existentes en los aparatos de poder.
Mucho antes de que Julio César fuera acuchillado por sus compañeros y amigos en los pasillos del Senado, la ansiedad por encaramarse a lo más alto de la esfera social y política había fortalecido los comportamientos más execrables de los seres humanos.
Con tales elementos, el dramaturgo Ugo Betti (Camerino, Italia, 1892- Roma, 1953) elaboró un catálogo elocuente y efectivo sobre las pasiones más bajas de los personajes públicos: unos tipos capaces de estafar y de vender a cualquiera, siempre en pos de conseguir sus propósitos por ascender en la escala del dinero y del poder.
Dentro de ese escaparate de sensaciones convertidas en actitudes interesadas y aviesas, Corrupción en el Palacio de Justicia supuso un dardo directo al corazón de los mármoles blanqueados en el país de La Bota.
Escrita en 1944, y estrenada en el Teatro delle Arti de Roma en 1949, la obra llegó a España por primera vez en 1953; y ahora regresa a la Villa y Corte por la entrega artística de La Pequeña Compañía, que alberga el impactante montaje en el interior del Centro de Artes Escénicas del Teatro Guindalera.
UGO BETTI PONE EL DEDO EN LA HERIDA
El asesinato del empresario Ludvi-Pol da origen al inicio de la trama de Corrupción en el Palacio de Justicia. Arranque que bebe en las aguas del thriller político, a través de una investigación que se prolonga durante tres intensos actos, con un sonoro macguffin incluido.
Entre los sospechosos del homicidio se encuentra el presidente del Tribunal de Justicia: un señor llamado Vanan. Asunto virulento y misterioso que permite al maquiavélico anciano Croz y al joven y ambicioso Cust luchar por la sucesión del previsiblemente detenido.
Ugo Betti centra el desarrollo de la historia en torno a la guerra sin cuartel entre los mencionados leguleyos, capaces de todo por alcanzar el puesto del caído Presidente Vanan. Carrera sin cuartel que se cobrará la vida de la inocente Elena (la hija del presunto homicida).
Sin muchos envoltorios discordantes, y con el escenario casi desnudo de asociaciones no destinadas a enfatizar la tragedia contemporánea que describe la acción, Ivette Sánchez se acerca a la reveladora creación de Betti con la visión de una analista política y social del siglo XXI. Y para ello se deja acompañar simplemente de la capacidad expresiva de las secuencias, y de las palabras escritas por el dramaturgo transalpino.
En semejante universo de atmósferas asfixiantes, los actores Elena Domínguez (Malgai), Alfonso Esteve (Bata), Julia Hernández (Persius), Eduardo Ávila (Máveri), Alberto Esteban (Croz), Diego Galán (Vanan), Andrea Torres (Elena) e Inmaculada Zamora (Enfermera) toman el testigo de ilustres intérpretes de la talla de Carlos Lemos, Ernesto Vilches, Franco Nero y Fernando Rey; quienes hicieron suyos los diálogos horneados por el creador de Camerino en ocasiones anteriores.
Más información, entradas y horarios en
http://www.teatroguindalera.com
