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Tom Hiddleston protagoniza “High-Rise“: adaptación cinematográfica del homónimo texto redactado por J. G. Ballard, que ultima en Belfast el director Ben Wheatley.
La pirámide social adquirió la forma de un pináculo urbano en la mente del escritor de El imperio del sol.
Rondaba el año 1975, cuando James Graham Ballard atisbó los planos tridimensionales de un inmenso rascacielos, compuesto por pisos de aislamiento reforzado; y donde sus inquilinos estaban destinados a reproducir los males del mundo, recluidos en un entorno limitado y aparentemente controlable.
Tal es el esquema argumental de High-Rise, el texto con el que al afamado novelista asaltó las retinas de los lectores, acoplado a sus enseres con etiqueta reversible entre la ciencia-ficción fabulista y la tragicomedia fantástica.
En el momento de la aparición del libro, Inglaterra se asomaba al precipicio de la época del thatcherismo, y las audiencias británicas encontraron en el imaginativo análisis del literato nacido en Shanghái un fiel espejo de la angustiosa realidad, hacia la que se encaminaban con el período presidencial de la Dama de Hierro.
Uno de esos ciudadanos seducidos por el influjo del relato fue el productor londinense Jeremy Thomas, quien se puso manos a la obra para adaptar la inquietante historia a la pantalla grande, casi en el instante mismo de conocer el volumen impreso.
Animado por esa idea, el financiero contactó con el director Nicolas Roeg, pero el trabajo se quedó en un simple esbozo.
Y así continuó hasta 2014, cuando el responsable de Turistas (Ben Wheatley) y la guionista del mencionado filme (Amy Jump) accedieron a traducir a imágenes en movimiento las palabras de Ballard, conscientes de la fuerza demoledora de su edificio cargado con desigualdades materialistas y clasismo tribal.
TOM HIDDLESTON SE VA A VIVIR A HIGH-RISE
Desplegado por las extensiones de Belfast (Irlanda del Norte), el equipo contratado por Recorded Picture Company se ha entregado duramente para dotar de credibilidad y brillantez al libreto elaborado a través de las páginas de James Graham.
Con una estética setentera (década en la que se ambienta la movie), la cinta comienza con el sueño del doctor Robert Laing, quien reclama los servicios del arquitecto Anthony Royal para que éste proyecte un enorme inmueble, capaz de aislar del mundo exterior a sus ocupantes.
El rascacielos resultante es un lugar determinado por el lujo y el hedonismo, en el que los inquilinos adquieren pronto diferentes estatus, en función de las comodidades y de los pisos que estos pueden pagar.
Poco a poco, y merced al aislamiento pretendido, los problemas entre los diferentes propietarios hacen acto de presencia, cual si fueran el reflejo evidente de la naturaleza humana.
Teorías como la del darwinismo inevitable o la del mito de la caverna platoniana toman figuradamente la palabra a lo largo de este relato, donde la capacidad de Wheatley -con la que retrata los estados de ánimo más extremos- lubrica el engranaje de una obra que transita aceradamente por la tragedia existencial y la acción con trasfondo filosófico.
Un entorno disfuncional y desesperanzador en el que cuentan con especial protagonismo Tom Hiddleston (Doctor Robert Laing), Jeremy Irons (Anthony Royal), Sienna Miller (Charlotte Melville), Luke Evans (Richard Wilder), Elizabeth Moss (Helen Wilder) y James Purefoy (Pangbourne).
Ellos son los integrantes de esta violenta comunidad de vecinos, a la que los comportamientos psicopáticos alejan ostensiblemente de otros grupos de inquilinos con carne mediática, tales como el de las gracietas de garrafón que preside el serial La que se avecina o el de los misterios pretéritos diseminados por las suites de Gran Hotel…
Más información en http://www.recordedpicture.com
