El creador de Los libros de Próspero debería sentirse como pez en el agua transitando el puente entre el Barroco y el Manierismo. Navegando por las líneas retorcidas hasta la extenuación
El creador de Los libros de Próspero debería sentirse como pez en el agua transitando el puente entre el Barroco y el Manierismo. Navegando por las líneas retorcidas hasta la extenuación