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Richard Madden es el protagonista de la adaptación televisiva de Lady Chatterley’s Lover, que corre a cargo de Jed Mercurio. En ella, Holliday Grainger interpreta a la heroína del título.
El escándalo persiguió durante años los vaivenes pasionales de Lady Constance.
Cuando el escritor David Herbert Lawrence (Eastwood, Inglaterra, 1885- Vence, Francia, 1930) caracterizó la pecaminosa faz de esta dama de antifaces sociales en 1928, un terremoto de condenas se produjo intensamente en el corazón de la intelectualidad británica. Tanto fue así que la historia de la señora de clase alta, capaz de abandonar cualquier acomodo por la atracción sentida hacia un guardabosques, no apareció en Reino Unido hasta 1960. Un efecto censor y disuasorio que no pudo acabar con la sensualidad atrayente de uno de los textos más viscerales de la literatura mundial.
Después de numerosas adaptaciones al cine y la televisión, Jed Mercurio (responsable de la versión femenina de Frankenstein, con Helen McCrory y James Purefoy) ha recurrido a las páginas ideadas por el autor de Hijos e hijas para ofrecer su propia perspectiva de la emocionante novela. Un trabajo de esforzada ambientación, que el fogueado realizador graba en estos momentos en localizaciones del País de Gales.
RICHARD MADDEN VUELVE A TRABAJAR CON HOLLIDAY GRAINGER
La sociedad, de aceradas distinciones e injustas desigualdades, de principios del siglo XX marca el desarrollo argumental de Lady Chatterley’s Lover.
Encuadrado en la Inglaterra del desapego afectivo y el disimulo constante, el libreto sigue la existencia de una joven aristócrata de belleza notable, llamada Lady Constance Chatterley. Tal mujer está casada con un noble aquejado de parálisis en las piernas, motivo por el que debe desplazarse en una silla de ruedas.
Constance siente cariño hacia el hombre con el que se ha unido por la Iglesia, pero en su interior nota que le falta la llama de la ansiedad y el deseo. Un día, cuando camina por el bosque, la protagonista se topa casi por casualidad con el rudo y poco estilizado Oliver Mellors. Atractivo y viril, el individuo es un asalariado del esposo de Lady Chatterley; condición que no evita provocar una desazón sin medida en el ánimo de la protagonista.
Sin poder protegerse de las acciones arriesgadas, la pareja de distinta cuna social comienza a vivir en sucesivos encuentros un amor prohibido y adúltero, una relación contra la ley en la que el elemento de pérdida no es suficiente obstáculo para que Constance y Oliver se dejen llevar por sus propias emociones.
Holliday Grainger, quien cosechó excelentes resultados con sus caracterizaciones en Los Borgia y Grandes esperanzas, es la encargada de dotar de físico a la impulsiva protagonista, a esa estoica Madame Bovary que también sucumbe a sus tentaciones más oscuras. Al lado de la actriz británica, el famoso Richard “Robb Stark” Madden encarna al fogoso Oliver Mellors; mientras que James Norton (Belle) completa el triángulo dramático, en la piel del amargado Sir Clifford Chatterley.
Grainger accede de esta manera a un papel que antes que ella popularizaron Sylvia Kristel (1981) y Joely Richardson (1993); y que en sus manos adquirirá los matices de la fragilidad, mediada con la fortaleza sutil que normalmente acredita la intérprete.
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