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Rémy Zaugg aborda la primera retrospectiva en España de su extenso trabajo. Once años después de su fallecimiento, el creador suizo es objeto de una extensa muestra, que alberga El Palacio de Velázquez del Parque del Retiro. Una colorista exposición, que abrirá sus puertas al público el próximo 31 de marzo.
El estudio de Rémy Zaugg, situado en el enclave francés de Mulhose-Pfastatt, era una fábrica de pintadas revitalizadoras y perspectivas deslumbrantes. Más allá de las dimensiones espaciales habituales y conocidas, las obras del conceptualista suizo tenían la peculiaridad de escapar a las normas de lo visible, en eterno juego con los trazos ocultos tras las reflexiones provocadas por su increíble fantasía rectora.
Colaborador habitual de los arquitectos Herzog y De Meuron, el que fuera uno de los responsables del plan urbanístico de Basilea llega al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía con el apoyo del comisario Javier Hontoria y del Museum für Gegenwartskunst Siege. Y lo hace acompañado por más de un centenar de proyectos y trabajos, en los que queda retratado el interminable armario multidisciplinar que fue el universo efectivo de este inmenso soñador nacido en Courgenay.
RÉMY ZAUGG DIBUJA SU PROPIO DICCIONARIO VISUAL
Conseguir que el espectador diera sentido al cuadro o a la escultura fue una máxima que obsesionó de singular manera la paleta, el rotulador, el lápiz y el plinto de RZ. Lejos de controlar los efectos generados por un proceso de laboratorio, las piezas que componen Cuestiones de percepción no poseen las definiciones exactas que muchos autores intentan establecer para cada una de sus incursiones en el mundo del Arte. Y ahí reside la indudable fuerza de la aventura concitada por el maestro educado en Basilea.
Desde su plataforma de exploraciones arriesgadas, Zaugg imaginó museos y ciudades; y arropó sus figuraciones con brillantes incisiones tipográficas, y una lógica pautada en torno a la falta de restricciones corrompidas por las modas y las corrientes. Bajo semejante influjo de vaporosos pigmentos y mecanografías lexicológicas, el helvético levanto ambiciosos proyectos, como el de la Universidad de Dijon, y ejecutó libros de imprescindible lectura, como Das Kunstmuseum, dass ich mir erträume. Oder der Ort des Werkes und des Menschen (El museo de arte de mus sueños. O el lugar de la obra y del hombre).
Entre el centenar largo de obras que el capitalino Palacio de Velázquez tiene previsto mostrar, hay sitio reservado para las famosas Esquisses Perceptives d’un Tableu, anotaciones que Rémy impuso al cuadro La Maison du Pendu, de Paul Cézanne. Además de enriquecer su curso laberíntico con las series Ein Blatt Papier, Le Monde Voit, About Death III, Für ein Blind y One Word, One Support.
Toda una oportunidad para regar la retina con las imágenes ideadas por este investigador de formas y expresiones, alumbrado entre las vanguardias alpinas de Suiza.
Un catálogo inmenso de genialidades, en el que la ceguera asumida por creador únicamente queda manifiesta en la literalidad de algunos de los mensajes que cuelgan de las paredes.
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