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Rachel Weisz pasea estos días por las calles de Londres, con un aspecto notablemente diferente al habitual. La protagonista de The Deep Blue Sea luce una media melena rizada de color rubio, en vez de la cabellera azabache que le caracteriza. Mientras, su mirada clara está voluntariamente difuminada tras unas gafas; todo para encarnar a la combativa historiadora Deborah Lipstadt.
Los muros de Auschwitz retumbaron con el reconocimiento de los millones de muertos ocasionados por las hordas nazis, cuando el juez Charles Gray dictó sentencia a favor de Deborah Lipstadt.
Tal veredicto cobró forma con motivo de la demanda que sufrió la conocida defensora de la memoria del Holocausto, levantada por el polémico negacionista David Irving: quien dijo sentirse difamado en el libro que la investigadora publicó bajo el título de Denying the Holocaust: The Growing Assault on Truth and Memory (1994). La denuncia dio inicio a una contienda en los tribunales, en la que estaba en juego exhibir la ausencia de razón de los que seguían considerando como falsos los datos aportados sobre los horrores cometidos por las fuerzas de Adolf Hitler, en los llamados campos de exterminio.
El documento de 334 páginas asumido por Gray absolvió sin cargos a la aguerrida Lipstadt, y con ella a los que tomaron la palabra para defender la veracidad sobre la existencia de los hornos crematorios, las duchas de gas y las ejecuciones masivas, promovidas por el ejército del Tercer Reich contra los ciudadanos judíos y de otras etnias durante la Segunda Guerra Mundial.
Años después del enfrentamiento en los tribunales británicos, la profesora neoyorquina publicó -en 2005- History on Trial: My Day in Court with David Irving. Un texto que ha servido de inspiración al director Mick Jackson, para elaborar el guion de Denial.
RACHEL WEISZ LUCHA CONTRA TIMOTHY SPALL
David Hare (El lector) es el responsable de la adaptación a la pantalla grande del proceso, en el que encararon sus posturas antagónicas Lipstadt e Irving. El veterano escritor cinematográfico ha mantenido una fidelidad emotiva hacia los relatos pronunciados en la sala presidida por Charles Gray, y ha confeccionado con ella un libreto nutrido con pulso dramático y determinación escénica.
El argumento arranca en 1996, cuando el polémico negacionista David Irving puso acusó de libelo a Deborah Lipstadt, al sentirse insultado -según él- en la obra Denying the Holocaust: The Growing Assault on Truth and Memory, editada por la especialista en ese período histórico. Ante la citación de la justicia, la máxima responsable del Consejo de la Memoria del Holocausto en Estados Unidos no se acobardó, sino que vio una oportunidad para demostrar al mundo las falsedades de los que -escondidos tras un título universitario- inculcaban venenosas teorías sobre la falsedad de los crímenes del Nazismo.
Con similar determinación a la esgrimida por la protagonista en la vida real, Rachel Weisz toma el encargo de meterse en la piel de la profesora asociada a la Universidad de Emory, y lo hace con la pasión de los trabajos esforzados; motivo de peso, por el que a la intérprete inglesa no le ha importado modificar su aspecto físico de manera casi drástica. Un moldeado de acuerdo con la verosimilitud en la caracterización de los personajes, que el director Mick Jackson (Volcano) también ha pedido al resto del elenco; cuadro que completan, entre otros, Andrew Scott, Tom Wilkinson, Alex Jennings, Will Attenborough y Timothy Spall (quien hace maravillas para parecerse al exaltado David Irving).
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