Paul Mescal encarna a Shakespeare
Paul Mescal (Gladiator II) se transforma en William Shakespeare, en el film "Hamnet". La película, dirigida por la creadora china Chloé Zhao (Nomandland), narra la breve existencia del único hijo varón del autor de "Romeo y Julieta", el cual falleció a la edad de once años. El guion está basado en la novela homónima de la escritora norirlandesa Maggie O'Farrell, historia que dio también pie a una adaptación teatral en 2023.
Paul Mescal ha visto cómo su popularidad ha crecido de manera exponencial en unos pocos meses, éxito relacionado sobre todo con el estreno de Gladiator II, donde mostraba sus habilidades para salir indemne de la arena romana.
No obstante, y sin menospreciar la atención planetaria que el isleño ha concitado de la mano de Ridley Scott. el actor irlandés ya había dejado su particular impronta en la industria del celuloide, tras ser nominado al Oscar al Mejor Actor Principal en 2023, por su caracterización de un padre joven e inexperto en la cinta titulada Aftersun.
Después del baño de multitudes que ha supuesto su papel de Lucius en Gladiator II, Mescal se mete de lleno en un proyecto más artesanal y menos mediático que el dirigido por RS; y eso a pesar de contar con la colaboración de Steven Spielberg, en calidad de productor. Hamnet es el título de la citada película, e ilustra en imágenes secuenciadas la corta vida del único hijo varón de William Shakespeare.
La directora china Chloé Zhao (Nomandland) es la responsable de trasladar al lenguaje audiovisual la azarosa existencia del pequeño Hamnet Shakespeare, curso argumental basado en la exitosa novela homónima de Maggie O’Farrell, quien participa también en el guion del largometraje.
Con su peculiar manera de contar las tramas. la cineasta asiática intenta elaborar un emotivo fresco familiar, en el que William Shakespeare y su esposa comparecen como un matrimonio superado por la agria realidad que experimentan, angustiados en una Inglaterra asolada por los brotes de peste.
El fotógrafo Lukasz Zal (Ida) ha trabajado con imaginación para diseñar el paisaje de Stratford-upon.Avon a finales del siglo XVI, que es cuando falleció el vástago del autor de Macbeth. Y lo ha hecho con la determinación de reflejar un entorno plagado de luces y sombras, donde los niños perecían por culpa de enfermedades que hoy en día ya están extinguidas en su mayoría.
Junto a Paul Mescal, Jessie Buckley (Estoy pensando en dejarlo) se mete en la piel de la esposa del bardo inglés. Un elenco que completan Emily Watson (Las cenizas de Ángela) y el pequeño Jacobi Jupe (Britannia), quien interpreta al confuso y aterrado Hamnet.
PAUL MESCAL CAMBIA EL CIRCO ROMANO DE “GLADIATOR II” POR LA CAMPIÑA INGLESA DE FINALES DEL SIGLO XVI
La acción de Hamnet se prolonga primordialmente a lo largo de poco más de una década, que es lo que permaneció el personaje protagonista en el mundo de los vivos.
Con una perspectiva maternal, el guion se centra en la madre del pequeño, quien se dedica a curar a los heridos con sus remedios caseros, a base de hierbas que crecen en el campo. Por su parte, el progenitor es un dramaturgo que espera alcanzar la gloria en los teatros isabelinos; pero este sueño le obliga a estar ausente del hogar durante temporadas muy extensas.
Tres hijos nutren a la familia Shakespeare: una adolescente llamada Susanna y los gemelos Judith y Hamnet. Un día, Judith cae enferma repentinamente de unas extrañas fiebres, y su hermano gemelo tiene que atenderla desesperadamente, al encontrarse solo en la casa. Este hecho marca la senda trágica de un clan que ya no volvió a ser el mismo de antes, y que dejó una huella profunda en los trabajos posteriores del creador de Hamlet.
Paul Mescal se hace cargo del rol de William Shakespeare cuando este contaba una edad similar a la que exhibió Joseph Fiennes, en Shakespeare enamorado. En ese tiempo, el autor teatral era un joven con multitud de ideas en su cabeza, y un espíritu divertido y ambicioso. Esa faz choca mucho con la que registró Kenneth Branagh en El último acto (Kenneth Branagh, 2018), con un WSh crepuscular y acechado por los fantasmas del pasado.
La capacidad de Chloé Zhao para acercar la cámara de manera sigilosa, haciendo participe al espectador de la intimidad de los personajes que pueblan sus obras, promete visionar el universo del inmortal dramaturgo de Stratford-upon-Avon con una mirada más cercana, justo como le habría gustado al rey del teatro inglés.
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