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Guillermo del Toro apadrina la adaptación a la pequeña pantalla de su novela The Strain: una historia de vampiros y virus mutantes producida para el canal FX Fearless, que llegará a España en otoño.
Drácula ya no conserva ni el rímel que le puso Bram Stoker en su famosa novela sobre El No-Muerto por excelencia. El cine se ha encargado de modificar -película a película- las peculiaridades más antiguas de los nosferatu, hasta convertirlos en simples sombras demasiado lejanas de la leyenda del temido Vlad.
Uno de los últimos creadores en sumarse a esa tendencia obsesionada por contar su versión de la historia vampírica ha sido el director mexicano Guillermo del Toro, quien asalta los televisores del planeta con una epidemia vírica de chupasangres: titulada The Strain.
Estrenada con clamor de multitudes el pasado 13 de julio -en el canal estadounidense FX Fearless-, esta producción de trece entregas es una de las adquisiciones estrella de Mediaset, emporio audiovisual que tiene previsto emitir el terrorífico serial en España durante la temporada de otoño (ubicado en la programación de Cuatro).
GUILLERMO DEL TORO QUITA PODER AL AJO
En 2009, el responsable de Mimic y El laberinto del fauno se unió al escritor Chuck Hogan (autor de Prince Of Thieves) para probar suerte en el universo literario, con una trilogía que iniciaba su sanguinario curso a través The Strain (a la que siguieron The Fall y The Night Eternal).
Un tríptico de tinta y papel marcado por las atmósferas inquietantes, y desarrollado en una ciudad de Nueva York asediada por una epidemia vampírica.
El éxito de los libros animó a los editores a traducir la historia a las viñetas, en una traslación gráfica que congregó similar interés entre la desconcertada audiencia.
Dos ventanas de explotación de un mismo relato que ahora extiende sus tentáculos (mejor dicho, colmillos) a la acción televisiva, merced a FX Fearless y al sincero apoyo de productores como Carlton Cuse (uno de los financieros de Perdidos).
Fiel a la trama ideada por Hogan y Del Toro, la serie inaugura el primer episodio con la llegada de un misterioso boeing 777 al aeropuerto neoyorquino JFK.
La nave no responde al control de la torre ni a indicación alguna por parte del personal, simplemente permanece aparcada en mitad de la pista y en completo silencio.
Sin dilación, y con la imposibilidad para retrasar el tráfico de uno de los aeropuertos más transitados del planeta, los expertos y las fuerzas especiales suben al aparato; y lo que se encuentran les pone los pelos de punta: todos los ocupantes están muertos.
Entre los congregados para estudiar el caso se encuentran el doctor Ephraim Goodweather y la doctora Nora Martínez, quienes piensan que la culpa de los fallecimientos la puede tener una cepa vírica particularmente nociva para los humanos.
Una opinión que comparte el antiguo superviviente del Holocausto Abraham Setrakian quien, pese a estar a kilómetros de distancia de los hechos, intuye que algo maligno se ha colado en la urbe con el avión de pasajeros.
Mucho más cercana en intenciones a El misterio de Salem’s Lot que a Drácula, la visión que despliega The Strain respecto a los vampiros es la de unos seres mutados en esqueletos andantes, tremendamente pálidos y con un apetito voraz hacia la hemoglobina de los hombres, mujeres y niños.
En definitiva, unas criaturas muy peligrosas que nada tienen que ver con los vamp-teen lacados de Crespúsculo o los atléticos guerreros de Underworld.
Y para combatir a ese ejército de las tinieblas, el realizador de Pacific Rim ha contratado a un equipo de actores bien entrenado en diversos ruedos interpretativos, aunque no especialmente cercano al estrellato mediático. Un cuadro artístico compuesto por Corey Stoll (El legado de Bourne), la argentina Mía Maestro (Frida), Richard Sammel (Malditos bastardos), David Bradley (el anciano Angus Filch de Harry Potter), Kevin Durand (X-Men orígenes: Lobezno), Jonathan Hyde (La momia) y Sean Astin (El señor de los anillos).
Resortes esenciales que sirven para dotar de credibilidad al argumento de The Strain, y para gestionar el miedo colectivo que transmite capítulo a capítulo. Antes de cortar, una advertencia: estos nosferatu sólo pueden ser destruidos con radiaciones ultravioleta o con la decapitación; así que nada de ajos arrieros…
Vídeo promocional de la emisión en USA de “The Strain“, proporcionado por New TV Trailers
Más información en http://www.fxnetworks.com
