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Adam Driver no para de encadenar rodajes notorios. Después de finalizar la grabación de La casa Gucci, a las órdenes de Ridley Scott, el espigado actor de El hombre que mató a don Quijote se ha metido de lleno en la pesadilla fílmica titulada White Noise: un irónico relato sobre el terror a la muerte, pergeñado por el cineasta neoyorquino Noah Baumbach, con quien Driver ya había trabajado en Historia de un matrimonio (2019).
El guion de tan sugerente obra corre a cargo del propio Baumbach, quien ha seguido las líneas narrativas y argumentales desplegadas en la homónima novela de Don DeLillo. Esta creación impresa, dotada de una estructura evolutiva realmente sorprendente, sirvió al escritor de Ruido de fondo para conseguir el prestigioso National Book Award en la categoría de ficción, en 1985.
Los paisajes pixelados de Ohio (USA) han sido los escogidos por el nutrido equipo de White Noise para ilustrar el a veces fantasioso y a veces realista argumento, una historia mediada por las experiencias al borde de la locura de un protagonista atípico y bastante peculiar, llamado Jack Gladney. Un profesor del College on the hill, que ha alcanzado la fama por ser pionero en los estudios sobre Adolf Hitler, a pesar de no acreditar un conocimiento adecuado del idioma alemán.
Sustentado sobre los pilares vaporosos de constantes placebos anímicos, la trama de la película circula -con las adecuadas dosis neuróticas- por las obsesiones de alguien que anhela escapar de la muerte, en una línea mucho más rocambolesca y contemporánea que la del caballero ajedrecista de El séptimo sello.
Tales presupuestos artísticos han inspirado a Baumbach para diseñar una movie a base de cuadros acumulativos, donde los personajes se mueven por un universo ilusorio, y de creencias ancladas en los engaños voluntarios.
ADAM DRIVER HUYE DE LA GUERRA QUÍMICA
El relato de White Noise sigue los dubitativos pasos del profesor Jack Gladney: un intelectual que se ha erigido como un pionero en los estudios sobre la figura de Adolf Hitler, sin por ello poseer un conocimiento profundo de la lengua de Goethe. Casado en varias ocasiones, y padre de cuatro hijos, el hombre vive atemorizado por una muerte prematura; infierno existencial que intenta compartir con su esposa Babette (Greta Gerwig).
Un día, un terrible accidente sucede en la localidad en que reside Gladney; y una oscura nube tóxica se extiende por la región. Esto desboca los malos pensamientos del profesor, quien se ve metido en un ataúd por causas ajenas a su propia naturaleza. Sin embargo, la existencia de una droga, llamada dylar, puede ser el ansiado remedio para burlar a la dama de la guadaña.
Adam Driver ha transformado su apariencia, para convertirse en el tipo de mediana edad que representa Jack Gladney. A tal efecto, el otrora maquiavélico Kylo Ren se ha plegado a portar la fisonomía de un señor enfrascado en los ambientes intelectuales, y con el aspecto de un ciudadano asfixiado por sus miedos. Un personaje al que no le falta el sex appeal para la conquista femenina, pese a su estatus profesional. No obstante, también es un ser ingenuo y fácil de engañar, como muestra el pacto que mantienen Babette y Mr. Gray, para hacer creer a Jack que el dylar es un medicamento milagroso contra la intoxicación propagada por la localidad.
Nota: White Noise será distribuida por Netflix.
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